Una nueva ley exige un informe de costes para revisar cada tasa

La tasa en Lugo por abrir un negocio puede variar un 70% según la calle

Cada vía tiene asignada una categoría fiscal, en función de parámetros como la situación, el nivel de actividad y la conservación. Hay calles con más de una categoría y el rango afecta a varios precios municipales, como los vados, las terrazas y la ocupación por obras ► El gobierno prevé congelar la mayoría de los tributos y precios municipales y rebajar un par de tasas
La Avenida da Coruña
photo_camera La Avenida da Coruña

La calle o el barrio en el que se vive o se tiene un negocio influye en el bolsillo más de lo que se piensa. No solo es diferente el precio de la vivienda o del local comercial, también las tasas e impuestos que se pagan por ellos. El coste de la licencia de apertura de un establecimiento es un 70% superior en una calle de categoría 1 a una calle de categoría 4. Entre las primeras están la mayoría de las del centro y ejemplos de las segundas son Sanxillao, Ángelo Colocci o la parte alta de la Avenida da Coruña. Las calles de la ciudad -todo el municipio, en realidad- tienen asignada una categoría fiscal que rige para la aplicación de ciertas tasas y tributos municipales. En concreto, de seis: licencia de apertura de establecimientos, comunicación previa y declaración responsable en la apertura de establecimientos, aprovechamiento especial de la vía pública (para obras, terrazas...), aprovechamiento de vía pública con vehículos (vados particulares y comerciales, reserva especial de carga y descarga...), quioscos e impuesto de actividades económicas.

En Lugo hay cinco categorías fiscales y una de las tasas para las que rigen y que más quejas provoca es la de aprovechamiento de vía pública. Se aplica a actividades tan diversas como la colocación de una valla, andamio o cualquier otro elemento necesario para la realización de una obra y la protección de la vía pública o el montaje de una terraza de hostelería. Un ejemplo: colocar un andamio en una calle de primera categoría cuesta 7,31 euros por metro cuadrado (o fracción) que se ocupe durante 15 días (o fracción). El coste en vías de quinta categoría -es la última y comprende todo lo que no es casco urbano- es de 2,11 euros el metro, más de tres veces menos.

La asignación de la categoría de la calle la hace el servicio de Arquitectura. Se determina en base a distintos parámetros, como la proximidad al centro, el nivel de industrialización o comercio y el grado de conservación. A veces, la categorización provoca situaciones que pueden parecer injustas porque calles colindantes o muy próximas pueden tener distinto rango. Por ejemplo, San Marcos es categoría 1 y Tinería, 2. Colocar un andamio para arreglar una fachada de una casa de la primera vía cuesta más que la segunda, pese a que solo las separan unos metros, y más del triple que en Castelo (categoría 5).

La categoría que se da a una u otra calle puede resultar discutible en algún caso, sobre todo cuando está en el límite de zona o cuando, dentro de una zona, la consideración es distinta a la de la mayoría de calles. Pero, en algunos casos, no solo importa la calle donde se viva sino también qué parte sea. En algunas vías no es lo mismo la acera de números pares que la de impares ni el principio es igual al final. La Avenida da Coruña, por ejemplo, tiene tres categorías distintas. Entre los números 2 y 154 es categoría 1, al igual que entre el 1 y el 171. De ahí hasta el 356 y el 377, es categoría 2; el resto de la calle es 4 y la Estrada da Coruña es 5.

El rango afecta a cuestiones tan ordinarias como el coste de la licencia de vado, ya sea para el garaje o para actividades comerciales, como el pasaje para una gasolinera, un taller, un almacén de empresa o un concesionario. Un vecino que viva en la parte de la Avenida da Coruña más próxima a la muralla pagará por el vado de un garaje de entre 5 y 10 plazas 45,94 euros. Si vive en la parte más alta de la avenida, el coste es de 30,28 euros. La Avenida de Madrid y Camiño Real son otras vías donde sucede esto.

COEFICIENTES CORRECTORES. Tampoco un hostelero que quiera montar una terraza, un emprendedor que quiera abrir un negocio o una empresa que paga IAE pagan lo mismo en cualquier calle. Montar una terraza en categoría 1 cuesta 59,64 euros el metro o fracción si es por todo el año y 29,82 euros si es solo de julio a septiembre. Para el resto de zonas hay establecidos unos coeficientes reductores, que van de 0,82 a 0,52.

Para la apertura de quioscos también hay reducciones en todas las categorías salvo en la primera, pero no son muy significativas. La diferencia entre tener un quiosco en la Praza de Santo Domingo (categoría 1) y en Augas Férreas (categoría 3) es de 27 euros por metro al año.

Pero los coeficientes correctores no siempre son a la baja. En el la licencia por apertura de establecimiento, a la cuota resultante se le aplica un coeficiente 2 en las calles de primera categoría; 1,6 en las de segunda y 1,2, en las de tercera. Para la cuarta y la quinta categoría, los coeficientes sí son reductores. El resultado es que la licencia para la apertura de un despacho de 70 metros cuadrados cuesta 485 euros en San Roque (zona 1) y 194 en una calle de A Piringalla como Mar Cantábrico (zona 4).

De forma similar y con correctores parecidos se paga la tasa por la comunicación previa y declaración responsable en la apertura de establecimientos, establecida en 2011 para una parte importante de actividades económicas, salvo las hosteleras, aquellas que están sujetas a autorizaciones sanitarias o de impacto ambiental, y oficinas y despachos.

En el IAE, impuesto que pagan empresas con más de un millón de euros netos de negocio, el coeficiente es multiplicador en todas las categorías salvo en la quinta, donde se reduce un 0,98.

La entrada en vigor, en marzo, de la Ley de Desindexación de la economía española impide la aplicación automática del IPC a las tasas municipales. Se exige que cada actualización esté justificada con un estudio económico financiero o, al menos, un análisis de la evolución de los costes que integra cada servicio, para determinar en qué grado debe actualizarse la tasa que se cobra por él.

El Gobierno presentó la ley como un instrumento para reactivar la economía mediante la contención de los precios. En el informe sobre el anteproyecto de ley emitido por la Comisión Nacional del Mercado de Valores se señalaba que, desde el inicio de la crisis, los precios regulados de los servicios públicos subieron un 25%, lo que dio lugar a pérdidas de poder adquisitivo de los consumidores -agravada por la bajada de salarios- y pérdida de competitividad de las empresas.

Debido a la nueva legislación, el servicio de Facenda tuvo que ajustar la redacción de las tasas en las que se plantean modificaciones. El gobierno propone congelar la mayoría de las tasas, precios y tributos y rebajas en unos pocos. Si consigue el apoyo de la oposición, el gobierno reducirá la tasa de ocupación de vía pública para elementos relacionados con obras y para terrazas de hostelería, aunque no precisó en qué cuantía. También prevé reducir en un 50% la licencia para construcciones agrarias y estudia subir el Ibi al 10% de los edificios con uso financiero o comercial de mayor valor catastral de la ciudad, una propuseta de Lugonovo.

La tasa por ocupación de vía pública afecta a cuestiones tan diversas como la colocación de andamios para obras y la instalación de terrazas y los colectivos afectados hace tiempo que pedían que se rebajara.

La patronal de la construcción asegura que los altos precios están siendo una traba para hacer obra. Una de las zonas que se ve más afectada es el casco histórico, ya que casi todo es categoría 1 y el precio de la tasa aún es mayor. Sin embargo, para muchos pequeños propietarios, el coste de las tasas es un obstáculo, ya que es una parte importante del presupuesto total de las obras y en algunos casos las hace inasumibles. A eso se añade que algunos elementos necesarios o que ayudarían mucho al desarrollo de las obras no se benefician de la bonificación del 95% que hay desde hace varios años exclusivamente para andamios, siempre y cuando sean destinados al pintado y al tratamiento de fachadas.

La situación es especialmente problemática cuando los propietarios se ven obligados a hacer obras por órdenes de ejecución del Concello.

El gobierno todavía no tiene asegurado el apoyo de la oposición y, en todo caso, las nuevas tasas no entrarían en vigor el 1 de enero porque tras la aprobación tienen que estar expuestas para alegaciones 30 días hábiles y volver al pleno. Si no se aprueban, se prorrogan las de 2015.

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