Daniel Piñeiro: "A Xunta non cumpre e segue sen asumir a titularidade do edificio"

La ruina obliga a tirar muros de San Fernando tras once años de cierre

Una empresa contratada por el Concello empezó a tirar el lunes parte del muro de cierre del cuartel en la esquina con Quiroga Ballesteros
Los trabajos en San Fernando empezaron el lunes
photo_camera Los trabajos en San Fernando empezaron el lunes

El Concello y la Xunta tienen programadas para esta primavera obras de consolidación en el cuartel de San Fernando debido a su grado de deterioro y a la amenaza para la integridad del edificio y de los viandantes, pero los trabajos, que están en fase de contratación, no han podido esperar y el Concello inició ayer el derribo de parte del muro de cierre "para garantir a seguridade cidadá".

El gobierno local recurrió a la vía de urgencia para contratar a una empresa que, en el plazo de un mes, se ocupará de rebajar unos dos metros el muro en la zona que hace esquina con la calle Quiroga Ballesteros. Se trata de la parte más moderna de la construcción y se tomó esa decisión debido a su inestabilidad y al riesgo de derrumbe. El proyecto fue elaborado por Evislusa (la empresa municipal de vivienda y suelo) y los trabajos se contrataron a una empresa.

El cuartel lleva casi once años cerrado, desde que en 2005 la subdelegación de Defensa se trasladó a une edificio de la Ronda da Muralla, a raíz de que el Concello, no sin dificultades, llegara a un acuerdo de compraventa con el ministerio para construir en él el nuevo auditorio. El proyecto se malogró y en 2008 y el Concello y la Xunta acordaron que esta rehabilitaría el edificio para el museo gallego de la romanización, pero la reducción del gasto público hizo que el Gobierno gallego aparcara los planes.

En resumen, el edificio sufre las consecuencias de llevar más de una década cerrado. En 2013, año en que el Concello mostró el cuartel por dentro, las instalaciones ya presentaban un estado pésimo en algunas zonas, con ventanas rotas y abiertas, daños en la cubierta, forjados podridos y apuntalados y estancias llenas de agua, entre otros problemas. Inevitablemente, la situación se fue agravando, hasta el punto de que el Concello tuvo que vallar alguna zona del perímetro por la caída de cascotes a la calle y ante la negativa de la Xunta a asumir la titularidad del edificio hasta que disponga de recursos para rehabilitarlo.

Tras varios desencuentros, finalmente en enero ambas instituciones firmaron un convenio para cofinanciar los trabajos de consolidación que se llevarán a cabo en el edificio esta primavera. Costarán 180.000 euros y el gobierno mantiene la intención de contratarlos antes de que finalice marzo, para que puedan empezar en abril. Incluirán el derribo de las dependencias anexas al cuartel por el lado oeste, las antiguas caballerizas.

El Concello decidió actuar ya debido a la inestabilidad del muro y al riesgo que tenía para la seguridad ciudadana

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