La presión de las bodas del 20-20

Este era un año de muchos enlaces porque el número le gustaba a muchas parejas. Ahora son ya bastantes los que están reprogramando las ceremonias para esquivar la pandemia
Una pareja que en 2019 eligió O Cebreiro nevado para sus fotos de boda
photo_camera Una pareja que en 2019 eligió O Cebreiro nevado para sus fotos de boda. EP

Las fotos de muchas bodas tendrán este año los colores del otoño. Lo dice Manu Díaz, fotógrafo, que cuenta que son ya bastantes las parejas que están reprogramando los enlaces para septiembre y octubre. Y prevé que muchas al final tengan que ser en noviembre y hasta diciembre.

Y los afectados por esos reajustes están siendo muchos, porque “ este año era una locura de bodas, porque muchas parejas habían esperado a casarse en el 20-20”, cuenta Díaz, que afirma que “las parejas están entendiendo muy bien la situación y las bodas se van aplazando a medida que se alarga el periodo de estado de alarma”.

Será un otoño intensivo, augura, porque habrá bodas los viernes, los sábados y los domingos. “En mi caso, tengo cuarenta bodas para este año por toda Galicia y, por ahora, solo se han aplazado las de marzo y abril, que se trasladan a fechas libres de este mismo año, como pueden ser viernes, domingos e incluso algún jueves de julio a diciembre”, explica Díaz.

Cuenta que “los novios con los que he estado hablando quieren casarse sí o sí en este 2020, ya que tienen todo organizado; vestidos, trajes… a sus invitados movilizados….” y cambiar para otro año complica mucho las cosas.

“Las novias van a aprovechar los vestidos que han elegido, aunque algunas quizás tengan que incorporar alguna prenda de abrigo”

El fotógrafo, como muchas parejas, está a la expectativa de si habrá que mover de fecha también las bodas de mayo, o incluso de junio. Cuenta que todos los que trabajan en ese sector están trabajando en red para hacer posible que cuadren las fechas, ya que hay muchos profesionales implicados en lo que supone una boda.

Los reajustes de fechas traerán seguramente de cabeza a novios e invitados y hasta la ropa puede tener que acabar cambiando. “Las novias van a aprovechar los vestidos que han elegido, aunque algunas quizás tengan que incorporar alguna prenda de abrigo”, dice Díaz, que sí cree que los invitados pueden acabar eligiendo vestuarios más abrigados de previsto.

Está por ver, en tanto, si muchas bodas van a ser finalmente tan concurridas como se preveía. Díaz cuenta que él no ha visto por ahora que se reduzcan las previsiones de invitados para ninguna de las ceremonias que ya ha visto reprogramar. Cuenta que solo conoce dudas por unos invitados que deben llegar del extranjero y que está por ver que puedan viajar, dado que el virus puede extenderse a otras zonas del planeta en los meses próximos.

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