La presencia de kamikazes en las vías de Lugo cae con las nuevas señales

Tráfico detectó el año pasado a 27 conductores que circularon en sentido contrario. Los paneles y balizas colocados en los accesos a las autovías redujeron la cifra y desde enero solo hubo dos casos
Paneles y balizas colocados en el acceso a la autovía A-6 desde la rotonda de A Campiña
photo_camera Paneles y balizas colocados en el acceso a la autovía A-6 desde la rotonda de A Campiña

La presencia de kamikazes en las carreteras de la provincia de Lugo registró una caída en picado desde que se reforzó la señalización en todos los accesos a las autovías. Las cifras hablan por sí solas y confirman este descenso, ya que en los cuatro meses transcurridos desde que arrancó el año Tráfico detectó únicamente a dos conductores circulando en sentido contrario, frente a los 27 contabilizados en 2016.

Las cifras registradas el pasado año crearon una gran alarma social y pusieron en alerta a los principales encargados de velar por la seguridad vial. De hecho, los responsables del subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Lugo analizaron al detalle cada uno de los casos para detectar las causas y buscar soluciones.

Las pesquisas pusieron de manifiesto que, aunque el accidente más grave —que se registró en septiembre y se saldó con dos fallecidos— fue provocado por un kamikaze de 21 años que circuló en sentido contrario de forma voluntaria, la mayor parte de los casos fueron despistes protagonizados por conductores de edad avanzada.

En el mes de enero, por ejemplo, un sexagenario entró en la A-6 en sentido contrario, despistado por las obras de la autovía, y circuló cuatro kilómetros en sentido contrario. El suceso se saldó sin incidentes, pero un mes más tarde, otro conductor de 84 años realizó un cambio de sentido en la misma autovía, dentro del municipio de O Corgo, y circuló la revés hasta que se empotró con un turismo en el que viajaban cuatro jóvenes, que sufrieron heridas de diversa consideración.

En agosto, un hombre de 82 años sembró la alarma tras introducirse de madrugada en sentido contrario en la A-6 y circular a contracorriente durante más de 20 kilómetros, hasta Begonte. El hombre explicó a la Benemérita que su intención era regresar a la capital, pero se desorientó. Y antes de que terminara el mes, y en la misma autovía, los agentes interceptaron a otro octogenario que circuló once kilómetros al revés, desde Rábade hasta Baamonde. El anciano no tenía el carné de conducir en vigor porque había intentado renovarlo unos días antes y no había superado el psicotécnico, pero se negó a dejar de conducir.

A finales de año se registraron dos casos similares, uno en la A-6, en Guitiriz, y otro en la A-8, a su paso por Ribadeo. Ambos se saldaron sin incidentes, pero pusieron el corazón en un puño a más de un conductor. De hecho, en el primero caso, la Guardia Civil recibió más de 40 llamadas alertando de la presencia del kamikaze.

MEDIDAS. Además de recabar información sobre cada uno de los casos, los agentes del subsector de Tráfico analizaron los accesos a las autovías y comprobaron que en teoría se encontraban correctamente indicados, aunque en la práctica, la señalización resultaba insuficiente. Por este motivo, elaboraron un informe solicitando que se reforzaran las señales y lo enviaron a Fomento, que tomó cartas en el asunto y siguió sus recomendaciones.

El Ministerio instaló paneles más llamativos de color amarillo, mucho más visibles que los anteriores, pintó las flechas de dirección sobre el asfalto, y colocó más de un millar de balizas separando los carriles de entrada y salida a la autovía. Estos carriles tan solo se dividían antes con una línea continua, por lo que los conductores despistados podían rebasarla y circular en sentido contrario sin encontrarse con ningún otro obstáculo. "Las nuevas balizas", explican desde el subsector, "obligan a realizar un giro antinatural, por lo que el conductor ya deduce que la maniobra no es correcta".

Al menos para los conductores despistados, la medida funciona.