La Policía Local fue el domingo a Labio

La oleada de robos en chalés del rural se extendió a Santa Comba y Piugos

Una banda de ladrones perpetró al menos ocho asaltos a viviendas en los alrededores de la capital lucense el mismo día y solo en un periodo de tiempo aproximado de tres horas ► Actuaron tanto en casas aisladas como en urbanizaciones
Ventana por la que entraron los ladrones en una casa de Santa Comba
photo_camera Ventana por la que entraron los ladrones en una casa de Santa Comba

Dos casas más, una en Santa Comba y otra en Piugos, sufrieron sendos robos en la noche del pasado viernes y en un periodo de tiempo aproximado de tres horas, entre las ocho y las once. Estos dos asaltos coinciden con los que también se produjeron esa misma noche, en ese periodo de tiempo, en A Louzaneta –donde entraron en cinco viviendas– y Bosende. Precisamente, la Policía acababa de salir del chalé asaltado de Bosende cuando recibió el aviso de Santa Comba. Pero eso no es todo, la misma patrulla, una vez en Santa Comba recibió aviso de otro asalto más en Piugos, en una vivienda de una urbanización, y todavía no pasaba de las once de la noche.

Los moradores de la casa de Santa Comba, en el barrio de A Gándara, aún están sobresaltados con lo sucedido dado que los ladrones dejaron toda la casa patas arriba después de llevarse dinero y algunas joyas de oro.


Los cacos accedieron a la finca de la casa de Santa Comba saltando una valla y accedieron rompiendo el cristal de una ventana


Pero lo que más les sorprende de lo sucedido fue la rapidez con la que actuaron los cacos, que extrajeron y revolvieron todos los cajones y armarios de la casa. Justo a la hora a la que ocurrió, los dueños habían abandonado momentáneamente la vivienda para ir a casa de una familiar, en la que solo permanecerían, como máximo, dos horas. Es decir, entre las ocho y media y las diez y media de la noche. Pero eso no es todo. Por si fuera poco, a las nueve y media un vecino estaba fuera, en las inmediaciones, y no vio nada raro. "Para min, que nos estaban vixiando dalgunha maneira porque foi moita casualidade que non nos atopasen na casa cando viñeron. En certa maneira, foi moito mellor así. Se veñen mentres que estamos na casa, as cousas poden saír moito peor porque, se veñen armados, pódenche facer dano. Non obstante, o susto e o disgusto non nolo quitan do corpo. Quizais eu xa o teña para a vida", se lamentaba la mujer de la casa ayer, aún con lágrimas en los ojos.

Esta casa de Santa Comba está situada al lado de un paso elevado de la vía rápida de Monforte, en una zona con bastante tráfico, especialmente a esas horas de la noche, y bien iluminada. Por otra parte, la finca que rodea la casa está completamente vallada y una puerta impide el acceso a la misma. Con lo cual, era totalmente imposible meter un coche dentro. Sin embargo, los ladrones entraron igual. Dejaron el coche fuera y saltaron el vallado.

"Unha vez dentro da finca, parece que intentaron mirar se podían acceder por unha ventá baixa que hai polo lado pero, finalmente, entraron pola de arriba, que dá á fachada e que está ao lado da porta. Romperon o cristal e, xa dentro, remexeron todo. Non había onde poñer un pé", explica el dueño de la vivienda.

La primera sospecha de que alguien había entrado en su casa la tuvieron tan pronto como entraron los residentes de la vivienda en el garaje. "Había unha porta que estaba aberta e quedara pechada. Pareceunos raro, pero seguimos mirando e vimos que había máis portas abertas ata que chegamos ós cuartos e vimos xa todo revolto e ciscado polo chan", afirman las víctimas.

Había mucho desorden pero ningún destrozo, salvo un cristal roto de la ventana por la que accedieron a la vivienda, de donde se llevaron solo dinero y joyas y dejaron, en cambio, quizá porque no tenían el coche al lado, los electrodomésticos, el ordenador e, incluso, uno de los coches de los dueños de la casa que quedó fuera con las llaves puestas. «Puideron roubar perfectamente o coche porque tiña as chaves postas e o mando a distancia da porta dentro, pero non se pararon niso. Viñan aos cartos e ás xoias e nada máis. O que si levaron tamén foron unhas botellas de viño», afirma el dueño.

Esta familia se encuentra muy afectada por lo ocurrido, no tanto por el importe del botín sino por el valor sentimental que tienen varias de las joyas robadas. "Son recordos da miña infancia, da dos nenos... e iso non o paga ninguén. E como se nos levaran unha parte das nosas vidas!", se lamenta la mujer.