La ilusión no pasa de moda

Vuelven por Navidad como el turrón, el belén y los villancicos. Los juguetes suman un gasto más en el presupuesto familiar de estas fechas hasta el punto de que, en Lugo, se gastan 60 euros por niño. Por lo demás, este año priman los drones sin despreciar otras novedades como la muñeca espía o el huevo del que nace un pingüino
Diferentes modelos de drones, en Tobarix
photo_camera Diferentes modelos de drones, en Tobarix

PUEDEN SER interactivos, a radiocontrol, a pedales o con o sin pilas pero siempre son, al fin y al cabo, juguetes que comparten con los de antaño la capacidad de ilusionar en unas edades donde todavía todos los sueños suelen ser posibles. Lo cierto es que, por mucha tecnología e innovación que se les inyecte, los juguetes siguen teniendo la misma finalidad, que no es otra que hacer volar la imaginación de los más pequeños.

Este año, hay dos juguetes que comienzan ya a estar agotados en las tiendas de Lugo, siguiendo la tendencia del resto del país. Se trata de la llamada muñeca espía -cuyo nombre comercial es Mi amiga Cayla y que se comunica con el niño a través de un teléfono móvil - y un curioso huevo que alberga un polluelo de pingüino al estilo de las antiguas mascotas Tamagotchi a las que, hace solo unos años, otras generaciones de niños ‘cuidaban’ interactivamente en tanto no tenían otra mascota de verdad.

El presupuesto medio por niño en juguetes ronda los 60 euros, que se pueden gastar en varios artículos o en uno solo

«Los Hatchimals ya los tuvimos, pero se agotaron enseguida porque son unos de los juguetes que están más de moda este año aunque también hay otros, de nuestra propia marca, que están teniendo bastante salida como, por ejemplo, un baúl de madera con actividades para los más pequeños, los parking para coches, la gama de juguetes de la serie de Disney Soy Luna -que incluye, entre otros, micrófonos y un tocador de uñas- y también los muñecos Peke Baby, que llevan un teléfono móvil con números y letras y que hablan y mueven la boca y la cabeza gracias a un sensor», afirma Iria, encargada de la tienda Juguettos.

Los huevos de los que nacen pingüinos, Hatchimals, también se agotaron en una de las jugueterías más veteranas de Lugo, Tobarix. Pero lo chocante es que se agotaron solo en la tienda online. En cambio, en la tienda física, ubicada ahora en la Rúa do Progreso, no llegaron siquiera a ser solicitados.

«Es muy curioso. Tuvimos una veintena de Hatchimals, más o menos, y se agotaron todos hace ya unos días pero por internet. A la tienda, vinieron solo a comprar los juguetes tradicionales como los muñecos de policías y piratas de Playmobil o las figuras de Star Wars de Lego», afirma Sofía, dependienta de esta juguetería.

Estas navidades también están siendo muy solicitados los drones de juguete, cuyo precio oscila entre los 45 y los 65 euros en el caso de que incluyan una cámara.

Frente a estos juguetes, más sofisticados, están los clásicos tractores de siempre, pero de pequeño tamaño.

«Sí, están teniendo mucha salida los tractores este año pero son, en todo caso, tractores que se manejan con la mano, de tamaño mediano, no de montar encima de ellos», apunta Sofía.

Esta dependienta de Tobarix, que vive estos días, como en el resto de las tiendas, un trasiego continuo, asegura que el gasto medio por niño en juguetes está siendo de unos 60 euros.

«Esto es algo aproximativo pero por ahí anda. Por lo regular, suelen ser tres juguetes pero, a veces, los clientes también optan por comprar solo uno por ese importe, depende de las situaciones», cuenta Sofía.

Javier Viñas, del bazar 095, otro de los clásicos en Lugo en juguetes, apunta otros dos más que triunfaron este año: la Patrulla Canina y los de la serie Las aventuras de Ladybug. «La Patrulla Canina se agotó en diez o quince días, ¡fue algo increíble! También se vendieron muy bien los artículos de Ladybug como los walkie talkies, por ejemplo. Y luego hay clásicos como las Barbie, que se siguen vendiendo de maravilla», cuenta Javier Viñas.

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