Historias de Lugo

La gripe que diezmó Lugo

La gripe española del 18 afectó a toda Europa y a Estados Unidos, dejando millones de muertos. En Lugo, el Soldado de Nápoles —como se le llamaba aquí— causó unos 5.000 muertos. Su presencia trajo la suspensión del San Froilán y una protesta de pulpeiras

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photo_camera Besoy, un novedoso medicamento de 1918 para la gripe española. XESÚS PONTE

El Soldado de Nápoles —denominación extraída de una canción de una zarzuela igual de pegadiza que la gripe— provocó unas 400 muertes por complicaciones respiratorias en Lugo entre agosto de 1918 y abril de 1919. Estos datos fueron extraídos de un estudio publicado en la revista científica BMC Infectious Disease y realizado por los investigadores Gerardo Chowell, Antón Erkoreka, Cécile Viboud y Beatriz Echeverri-Dávila, que hace una comparativa de la incidencia de la epidemia entre 49 provincias españolas. Esta misma investigación sitúa a Lugo como la tercera provincia gallega, después de Ourense y A Coruña, con mayor aumento de la tasa de mortalidad atribuible a la epidemia de gripe.

A nivel estatal, también fue importante la incidencia de la gripe española —entonces, escrita como grippe—, ocupando Lugo el puesto número 14 del total de provincias analizadas, con una tasa de 110 muertes por cada 10.000 habitantes. Entre tanto, la provincia más afectada de toda España fue Burgos, con 167 muertes por cada 10.000 habitantes.

Se calcula que en la provincia de Lugo hubo más de 5.000 muertos y en el municipio, unos 400.

En Lugo, la epidemia comenzó a hacerse notar en San Froilán. De hecho, fueron suspendidas las fiestas un día antes de su fin por orden del gobernador civil, Enrique Alberola, quien también mandó destruir varias barracas y ordenó, además, deshacer las casetas del pulpo de A Mosqueira, lo que provocó una manifestación de las pulpeiras, que acudieron a El Progreso para que intercediese y el gobernador cambiase de opinión.

La gripe retrasó el inicio de las clases en las escuelas, el cierre del cementerio de San Froilán por Todos los Santos y la prohibición de cintas en las carrozas fúnebres.

La vida cotidiana transcurría en Lugo sin paseos por el Cantón (los músicos de la banda estaban con gripe) y sin funciones teatrales ni soirées en sociedades recreativas a fin de evitar todo tipo de reuniones. Las crónicas de esos días también dan cuenta del continuo sonido de campanas en el centro, principalmente en la iglesia A Nova, tocando a muerto.

La Junta Provincial de Sanidad recomendaba hacer frecuente limpieza de las calles y clausurar almacenes de «trapos»

Por otra parte, el Gobierno daba una serie de recomendaciones para prevenir la gripe con la desinfección de las fosas nasales, la boca y la garganta con biclorol y oleumnol. También publicó dos reales órdenes instando a que desinfectasen los trenes y a que se prohibiese la importación de «trapos».

Resulta curioso, además, un dictamen de la Real Academia de Medicina sobre el valor terapéutico del suero antidiftérico y de su posible sustitución por el suero equino.

Origen

La epidemia de la gripe española se inició en la primavera de 1918 en Madrid de forma suave. No sería así en otoño, cuando el virus comenzó a hacer mella entre la población, especialmente en octubre y noviembre.

Esta gripe recibió el nombre de «española» porque solo la prensa de nuestro país se hacía eco de los estragos de la epidemia

Al resto de las potencias occidentales implicadas en la Primera Guerra Mundial no les interesaba la epidemia, ni tampoco que se informase sobre ella para no desmoralizar a los soldados que estaban en el frente y al resto de la población.

La enfermedad llegó desde Francia en tren y fue traída por los peones españoles que iban a hacer temporadas en el campo francés porque muchos jóvenes galos estaban en el frente.

En Estados Unidos, las primeras noticias tuvieron lugar en  Kansas, propagándose después al resto del país. En el continente europeo, los primeros casos se dieron entre la tropa americana acuartelada en Burdeos y Brest, Francia.

Por el sur, la costa y A Chaira

La epidemia se declaró en Lugo, Vilalba (con 1.500 «atacados» y 25 muertos) y Begonte. También resultaron afectadas  Viveiro, Cospeito, Monforte, Mondoñedo y Ribadeo (más de 700 enfermos).
Complicaciones
La mayoría de las muertes se producían por complicaciones cuando el «atacado» sufría lesión pulmonar o afección al vientre.

Cigarrillos balsámicos, purgantes y papeles nitrogenados

El purgante Besoy era uno de los tratamientos que aparecía en El Progreso de hace un siglo. Decía así el anuncio: «No hay miedo ni a la grippe ni al tifus con el purgante Besoy. Desinfectante poderoso, suave, eficaz, rápido, inofensivo. Solo cuesta 30 céntimos. No hay ninguno que lo iguale. Preferido por todas las madres. Reclamada por los niños. Inconmovible reputación».
El doctor Wagner sacó un inhalador, el Respirol Riosa, que se anunciaba como «el más eficaz remedio curativo y preventivo». El anuncio continuaba así: «Aspirando Respirol Riosa desaparecen, como por encanto, todas las molestias y las fiebres ceden en su acción. El Respirol Riosa cura en breve plazo: grippe, resfriados, catarros, ronqueras, irritaciones de la garganta, bronquitis, asma, laringitis, dispnesia y todas las enfermedades de los órganos respiratorios. Frasco de 125 gramos, 3,50 pesetas».
Otro médico, el doctor Andreu, hacía una propuesta más atrevida. Se trataba de los cigarrillos balsámicos y papeles azoados (nitrogenados), sobre los que decía el anuncio: «Los que tengan asma, opresión de pecho o bronquitis seca con la respiración penosa usen los cigarrillos balsámicos y papeles azoados del doctor Andreu, cuyos rápidos y admirables efectos son universalmente acreditados. Pronto se ablanda el pecho y el enfermo respira libremente. De noche se quema un papel dentro de la habitación y el enfermo duerme tranquilo. Pídase el libro prospecto, que se da gratis».
Finalmente, otro anunciante era el doctor Baquero, especialista en garganta, nariz, oídos, del sanatorio Castez y hospitales Lariboisière y San Antonio, de París. Este doctor anunciaba que consultaría en A Coruña dado que ese año no pudo ir a su visita anual a las clínicas de Alemania, Francia y Suiza «por las actuales circunstancias».