LA FAMILIA DEL MENOR ARRESTADO DENUNCIA ABUSO POLICIAL

La familia del menor arrestado tras la pelea en As Gándaras denuncia abusos policiales

Seis policías resultan heridos cuando disolvían una fiesta de Nochevieja ► Uno de los agentes tuvo que recibir siete puntos de sutura en la cabeza tras ser golpeado con una barra de hierro ► Arrestados tres miembros de una familia de etnia gitana que estaba de celebración en un bajo de Camiño da Roca
Algunos de los hematomas que presenta el menor de edad
photo_camera Algunos de los hematomas que presenta el menor de edad

La fiesta de Fin de Año que celebraba una treintena de miembros de una familia de etnia gitana en un local de Camiño da Roca, en el barrio de As Gándaras, terminó a las cuatro de la madrugada del viernes a palos, con varios heridos y arrestados, cuando 15 agentes de la Policía Local se disponían a disolverla, debido a las repetidas denuncias por ruido que realizaron varios vecinos.

El parte de guerra de la batalla campal que puso fin a esta fiesta de Nochevieja fue de seis policías locales heridos, uno de ellos tuvo que recibir siete puntos de sutura en la cabeza, tras ser golpeado con una barra de hierro, según recoge el informe oficial, y tres miembros de una familia de etnia gitana acabaron detenidos en los calabozos de la Policía Nacional, uno de ellos de 16 años. Los arrestados, que fueron puestos en libertad, y la hermana de este menor también recibieron asistencia médica.

La Policía Local, según recoge el atestado, requisó en el lugar en el que se produjeron los incidentes cinco barras de hierro de entre 1 y 1,77 metros de largo; un bastón de madera; un tenedor metálico de los que se suelen utilizar para trinchar la carne, de unos 36 centímetros de largo, y un cuchillo de 7 centímetros de hoja.

Los agentes intervinieron después de que los vecinos llamasen, a la una y cinco de la madrugada, para quejarse de que no podían descansar debido al ruido que se producía en uno de los bajos del inmueble número 7 de Camiño da Roca, en donde una familia de etnia gitana estaba celebrando una fiesta para despedir el año. Ese local lo suelen utilizar como almacén de los artículos que tiene para la venta ambulante.

TRES AVISOS DESOÍDOS. Dotaciones policiales se personaron en el bajo y conminaron a los participantes en la fiesta a que dejasen de hacer ruido y a que se marchasen.

Los asistentes a la celebración desoyeron esa primera advertencia, según el informe policial. Entonces los agentes volvieron a acudir a las dos y cuarto ante las incesantes quejas de los vecinos. Estos indican que por segunda vez no hicieron caso a su aviso.

A las cuatro y veinte de la madrugada regresaron por tercera vez, de nuevo a requerimiento de los vecinos de esta calle del barrio de As Gándaras. En esta ocasión advirtieron a los miembros de la familia de etnia gitana que no se irían del lugar hasta que estos se fuesen a sus casas y cerrasen el local.

Dos patrullas se quedaron a las puertas del bajo para comprobar que cumpliesen su mandato. Entonces, según el informe facilitado por este cuerpo, J.C.G., de 22 años de edad, comenzó a gritar y a insultar a los agentes.

Como los ánimos se estaban caldeando más de la cuenta, se personaron otras dos dotaciones. Los agentes intentaron identificar a este joven. Como se niega, le advierten de que lo van a trasladar a la Comisaría de la Policía para comprobar su filiación, lo reducen y lo introducen a la fuerza en un coche patrulla.

En ese momento, según figura en el atestado policial, entre 20 y 30 personas salieron del local "en actitud muy hostil y agresiva, increpándoles, gritándoles y llegando a forcejear con ellos".

Uno de los detenidos, A.G.M., de 31 años de edad, presa de los nervios pese a que un familiar le dio "tres o cuatro fuertes bofetadas" con el fin de intentar tranquilizarlo, alzó la voz contra uno de los agentes: "Te voy a meter la porra por el culo. ¡Te grito lo que me da la gana!".

Durante la confusión que se produjo con el tumulto una mujer aprovechó para abrir la puerta del coche patrulla para que el detenido huyese y se refugiase en el interior del local. Sus familiares se metieron entonces en el bajo, mientras que dos de ellos, A.G.M. y otro que no fue identificado, que son corpulentos, se quedaban a la puerta impidiendo la entrada a los agentes, a los que insultó: "Hijos de p... como entréis a por el chico, os vamos a matar".

Los policías, según recoge el atestado, le comunicaron lo ocurrido al jefe de turno y este les ordenó que, con las precauciones oportunas, entrasen en el local y detuviesen al joven huido.

En ese tira y afloja entre los agentes que querían entrar y los participantes en la fiesta que se lo querían impedir, la puerta del bajo, que es de las metálicas que se utilizan en obras, se desprendió de las bisagras. Se quedó entonces el bajo sin luz y se desencadenó una batalla campal.

DESARMADO. En esa penumbra, según figura en el atestado, a uno de los agentes le arrancaron el cinturón en el que portaba su pistola reglamentaria, que acabó rodando por el suelo.

En el atestado se indica que fue el menor el que armado con un barra de hierro golpeó a un policía en la cabeza, en un brazo y en una mano y a otro en el cuello y en la espalda. Una ambulancia del 061 los trasladó al servicio de urgencias del hospital Lucus Augusti.

Otro policía fue evacuado en un coche patrulla al Sanatorio Nosa Señora dos Ollos Grandes y los tres restantes también en vehículos oficiales al Punto de Atención Continuada de Fingoi.

En ese PAC coincidieron con los tres detenidos, que fueron trasladados allí por agentes para ser atendidos de las lesiones que sufrieron. Uno de ellos fue evacuado desde este centro al Hula.

El atestado recoge que los policías se enteraron de que uno de los arrestados era menor cuando lo traslaban al PAC de Fingoi y fue entonces cuando requirieron la presencia de sus padres.