El gobierno claudica y vuelve a pagar a un funcionario para tramitar facturas

La factura electrónica ralentiza aún más los pagos del Concello

Todavía no dispone de una herramienta informática operativa y tiene que imprimir y tramitar las facturas de proveedores una a una
Página de Face a través de la que se presentan las facturas electrónicas
photo_camera Página de Face a través de la que se presentan las facturas electrónicas

La facturación electrónica a las administraciones públicas fue concebida para agilizar los pagos y asegurar una mayor transparencia en la lucha contra la morosidad, pero en el Concello de Lugo hasta el momento está siendo más trastorno que ayuda tanto para los trabajadores del área económica como, sobre todo, para las empresas que contratan con el Concello. En junio de 2015, tardaban una media de 18 días en cobrar, mientras que en noviembre de 2016 (último dato publicado por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas) aguardaban una media de 109 días. En ambos casos, los plazos son desde que la factura está conformada (aceptada y firmada por el Concello).

El gobierno recalca que la situación económica del Concello es buena y que no hay problemas de liquidez, pero asume que existe "unha lenta xestión interna na tramitación administrativa das facturas". Lo atribuye al atasco que existe con los recibos eléctricos porque durante aproximadamente un año no se tramitaron por problemas laborales en el servicio y falta de recursos. Asegura que si no se cuentan las facturas eléctricas, el periodo medio de pago está por debajo de los treinta días.

Sin embargo, no es esa la única razón. En el Concello de Lugo, la administración electrónica está en pañales -a pesar de que la ley de acceso electrónico de los ciudadanos a los servicios públicos entró en vigor en octubre- y la falta de medios informáticos hace que, hasta el momento, una persona tenga que imprimir una a una las facturas que los proveedores registran a través de la plataforma Face del ministerio, para a continuación sellarlas, firmarlas y enviarlas a los servicios. Allí comprueban si son correctas, les dan el visto bueno y las remiten de nuevo al área económica, para que esta disponga el pago.

Esto sucede desde el 1 de enero de 2015 con todas las facturas que superan los 5.000 euros. Desde el lunes de esta semana, es obligatorio el formato electrónico para todas las facturas. De esta labor se ocupa una persona, que apenas tuvo refuerzos, aunque la semana pasada se incorporó otra. Solo las facturas eléctricas suman en torno a mil recibos al mes. En 2016, se recibieron un total 12.265 facturas electrónicas de todo tipo.

El gobierno prepara un módulo informático que permitirá la tramitación electrónica interna de las facturas. Ya ha dado formación a los funcionarios, pero de momento no se utiliza.

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