La defensa del agresor sexual en serie de Lugo busca su inimputabilidad

Pide un informe forense ante el estado psíquico y físico "lamentable" que presenta
Pablo G.A., cuando fue detenido en noviembre de 2015
photo_camera Pablo G.A., cuando fue detenido en noviembre de 2015

La defensa de Pablo G.A., el joven de Portomarín encarcelado como sospechoso de más de una decena de agresiones sexuales a mujeres en Lugo durante tres años, ha solicitado al juzgado que instruye la causa que sea sometido a una revisión médico forense ante el estado "lamentable" que presenta. Dicho informe debe determinar, asimismo, si está en condiciones de ser acusado o su situación mental y física lo convierten en inimputable.

El letrado del sospechoso quiere además que los forenses indiquen el tratamiento que precisa y si este puede prestarse en prisión o "requiere su internamiento en un centro especializado". Ante esta petición, el juzgado de instrucción 3 ha librado un oficio a la prisión de Bonxe "a fin de que se informe sobre el estado de salud del interno, tratamiento médico recibido y si el estado de salud del mismo requiere su internamiento en algún otro centro o pueden prestársele las asistencias médicas necesarias en prisión sin riesgo para su integridad".


La defensa también quiere que los forenses digan si puede seguir en prisión o ser trasladado a un centro especializado

El deterioro físico de Pablo G.A. era muy evidente cuando esta misma semana fue trasladado hasta los juzgados para practicar unas diligencias. Al respecto, el escrito de su abogado alerta al juez instructor de que no solo sigue pendiente del examen médico que se acordó en su día, sino que no está recibiendo tratamiento médico psiquiátrico. A este respecto, recuerda que el investigado ya intentó suicidarse en enero pasado estando en prisión, un comportamiento que se ha repetido después.

Además, indica que los problemas psiquiátricos no vendrían de su actual situación, sino que en julio de 2013, dos años y medio antes de ser detenido y cuando ya se había perpetrado alguno de los ataques sexuales de los que se le acusa, confesó a su médico de cabecera "que tenía una ideación obsesiva de violación hacia personas del otro sexo" y que "llegó a perseguir" a mujeres, a la vez que reconocía que no tomaba su medicación.

Estos supuestos problemas mentales habrían ido a más sin tratamiento, según razona el abogado en su escrito, hasta poner en cuestión que en este momento pueda entender siquiera los delitos que se le imputan. Este movimiento estaría más dirigido a mitigar el cumplimiento de una posible condena que a evitarla, ya que la clave es si en el momento de los hechos era consciente de los mismos.

Comentarios