A juicio por "hacerse un cuello" en Lugo para estafar al seguro

Fueron tres jóvenes y el chapucero accidente de coche que simularon en Mazoi impidió que cobrasen una indemnización

Uno de los fraudes más comunes a los que se enfrentan las compañías aseguradoras son los accidentes de tráfico simulados para intentar cobrar una suculenta indemnización por sufrir supuestamente lesiones cervicales. Este es el caso de tres jóvenes que se sentarán esta semana en el banquillo de los acusados de los juzgados de lo Penal de Lugo.

Hace ahora tres años los tres acusados, que tienen 22 años, presuntamente obligaron a un conocido a que los llevase en su turismo hasta una pista de Mazoi para "hacerse un cuello".

La práctica conocida con ese nombre consiste en fingir un accidente de tráfico y quejarse de un fuerte dolor cervical con el fin de cobrar 1.500 o 2.000 euros con cargo al seguro a terceros del vehículo. Este tipo de pólizas solo cubre a los acompañantes, no al conductor.

Pero su plan fue una chapuza. El vehículo quedó atrapado en el barro. Intentaron entonces volcarlo, pero no pudieron. Así que optaron por reventar el cristal de una de las ventanillas para aparentar que habían sufrido un percance de tráfico y, de ese modo, intentar forzar las posibilidades de percibir una indemnización por lesiones físicas.

Intentaron simular que tenían lesiones cervicales, pero la Policía sospechó de la triquiñuela que habían preparado

Tras esa serie de preparativos y destrozos en el vehículos, los jóvenes alertaron a los servicios de urgencia y allí se presentaron varias ambulancias para atender a los supuestos heridos, que se quejaban de dolores cervicales. Los tres acabaron siendo atendidos en un centro sanitario.

El accidente levantó las sospechas de la Policía, que descubrió que además de simularlo intimidaron al propietario del vehículo para intentar llevar a cabo su estafa, frustrada finalmente y que les puede acabar saliendo cara a ellos.

PENAS. El fiscal solicita para cada uno de los tres acusados cinco meses de prisión por un delito de estafa en grado de tentativa, por la simulación del accidente de tráfico, y otros 21 meses por uno de coacciones, por la presión que ejercieron sobre el dueño del turismo.

Además, el fiscal pide que no se aproximen a este a menos de 300 metros y que no se comuniquen con él durante un periodo de dos años.

El ministerio público solicita a mayores para uno de los acusados otros cinco meses de prisión por un delito contra la seguridad vial porque, asegura, el día en el que simularon el accidente fue al volante del coche por la ciudad pese a que no tenía carné de conducir.