El juicio por el doble crimen de Cash Record hace 28 años será del 6 al 10 de febrero

El investigado por el doble crimen llega a declarar a los juzgados de Lugo
photo_camera El investigado por el doble crimen llega a declarar a los juzgados de Lugo

Uno de los casos más importantes y más oscuros de la crónica negra de Lugo, el doble crimen de O Ceao, será juzgado en la Audiencia Provincial en cinco días del próximo mes de febrero, del día 6 al 10. Se habrán cumplido entonces más de 28 años de este robo y asesinato cometido en el establecimiento Cash Record, donde cayeron muertos a balazos la cajera Elena López y el reponedor Esteban Carballido. Era el 30 de abril de 1994.

La Audiencia Provincial decidió que era necesario sentar en el banquillo al único sospechoso que durante todos estos años ha figurado en algún momento como investigado, un hostelero que regentaba un bar en el centro de Lugo que diversas investigaciones relacionan con el mundo de la delincuencia y las drogas. Este hombre que llevaba más de dos décadas trabajando de camarero en Burgos es, de hecho, la única persona a la que se podía juzgar, dado que para el no han pasado los 20 años de prescripción desde que fue desimputado.

Las familias de las dos víctimas, que han protagonizado un larga y titánica lucha para que este doble asesinato no quedara impune tampoco lo tendrán fácil el próximo febrero en el juicio para obtener una condena. De entrada, será sus defensas contra la del acusado, porque solo habrá una acusación, la privada. La acusación pública, la Fiscalía, ya anunció que no ve pruebas suficientes para acusar del doble asesinato al procesado.

Además, durante la vista, en la que se prevé que presten declaración alrededor de 40 testigos, se tendrán que desentrañar una madeja que comenzó a enredarse aquel día de 1994, pero que fue enmarañándose con en paso del tiempo y de una instrucción judicial y una investigación policial que fue sumando torpeza tras torpeza. 

La falta de medios de aquellos años y la impericia investigadora llevó a numerosos callejones sin salida en los que se iban escondiendo guardias con poca ética, delincuentes tiroteados en la tapia de un cementerio y presos con ganas de hablar, además de guardias civiles, policías nacionales y policías locales jugando cada uno por su cuenta a ser detective.

Seguro que muchos de ellos, los que aún están condiciones, pasarán por la sala de la Audiencia Provincial en febrero próximo.