Los jóvenes rompen con las restricciones e imponen la fiesta en las calles de Lugo

La vigilancia en la madrugada del sábado se saldó con doce sanciones y la denuncia a un bar de Ruanova por incumplir el horario. Las celebraciones al aire libre son cada vez más masivas
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photo_camera Un botellón en la calle con pancarta reivindicativa en contra del toque de queda. ARCHIVO

El silencio y el vacío de las calles que se impuso en la noche a partir de marzo de 2020 se resquebraja cada vez más en la ciudad. Los lucenses, en especial los más jóvenes, están rompiendo con las restricciones de forma cada vez más rotunda y los botellones se van volviendo más incontrolables. La prueba más evidente del fenómeno es el resultado de la primera noche de fiesta universitaria: dejó en el entorno de la catedral 2.300 kilos de basura.

El de Lugo es un fenómeno común en Galicia y en toda España y ese ansia de recuperar la noche se ve en la calle, pero también en los locales de hostelería. Los empresarios, obligados a echar el cerrojo a horas inusualmente tempranas para los hábitos locales, se encuentran ya con clientes que se resisten a marcharse.

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El botellón nunca ha llegado a desaparecer del todo, salvo en los días de confinamiento estricto, y aun en los momentos de máximas restricciones hubo también algún hostelero que se saltaba las normas. Pero ahora el fenómeno va más allá, porque las concentraciones son mucho más masivas.

El resultado son reuniones que provocan ruido, suciedad y, a veces, daños en el mobiliario urbano y hasta en el patrimonio histórico. La noche vuelve a consumir recursos públicos y agotar la paciencia de los vecinos.

De paso, la situación enfada a los propios hosteleros, que en el caso de los de la noche no pueden trabajar más allá de las tres mientras ven cómo la fiesta se alarga en la calle hasta la madrugada.

En tanto, la Policía sigue vigilando, pero la dimensión de la fiesta parece haberla convertido en difícilmente atajable, aunque se refuerce la atención.

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Con todo, la de Lugo es de momento una noche pacífica y no se han llegado a ver situaciones como las agresiones a los policías que se están volviendo habituales, por ejemplo, en localidades del País Vasco desde el verano.

Y en Lugo los controles siguen dando lugar a sanciones. Así, por ejemplo, en la noche siguiente al macrobotellón del jueves la Policía Local tramitó doce denuncias.

Los agentes desplegaron un amplio dispositivo de vigilancia por la zona monumental y sancionaron a nueve personas por infracciones a la Ley de Salud de Galicia, la mayoría por reunirse con no convivientes en la vía pública entre las tres y las seis de la madrugada. Igualmente, tramitaron tres actas de denuncia a un establecimiento de hostelería de la Rúa Nova, que tenía sus puertas abiertas al público después de las 3.00 horas, incumpliendo así el horario límite de cierre. Además, el responsable del local estaba sirviendo bebidas a los clientes fuera del horario permitido.

La Policía Local recorrió también de madrugada los diferentes parques y otras zonas habituales en las que se congregan los jóvenes para disuadir la organización de botellones, aunque no tuvieron que realizar ninguna intervención por este tipo de conducta.

El PP reclama un plan antibotellón
El grupo municipal reclama que el Concello aplique un plan antibotellón, ya que cree que, entre otras razones, es necesario frenar esas concentraciones si Lugo aspira a que se declare su casco histórico Patrimonio de la Humanidad.
El que proponen los populares incluye lograr "unha coordinación exquisita das forzas e corpos de seguridade de diferentes administracións», por lo que lamentan que aún no se haya convocado la junta local de seguridad.
Más videovigilancia
Piden también que se instalen cámaras de videovigilancia en el centro y en todas aquellas áreas que albergan botellones, como el atrio de la catedral.
Norma de convivencia
El PP cree preciso la aprobación de una normativa que regule cuestiones como la del botellón. «A ordenanza de convivencia debe ser un documento razonable e consensuado cos grupos políticos e coa sociedade», indica.
También demanda que se habiliten dispositivos de limpieza "axeitados para evitar as imaxes deplorables na zona de viños e no entorno da catedral e Camiño Primitivo ofrecendo unha imaxe degradante".

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