Josefa Filomena, la saludadora de Lugo que prometía la fertilidad a las mujeres

Esta mujer, que se anunciaba como dotada de poderes mágicos, explotó las técnicas de marketing de su época, publicitando sus capacidades en iglesias
Una mujer con las manos sobre un libro. EP
photo_camera Una mujer con las manos sobre un libro. EP

Probablemente el lector de este texto ha escuchado o visto en los últimos meses anuncios que prometen hacerse rico o aprender idiomas en un tiempo récord y sin esfuerzo. También habrá llegado a su teléfono alguna que otra recomendación sobre posibles remedios exóticos que, teñidos de presencias mágicas, asegurar sanar todos los males. Son los engaños y estafas a los que se enfrentan los vecinos de Lugo en estos días, pero su presencia no es algo novedoso.

Formas de sacar dinero a los más crédulos y desfavorecidos se han reproducido a lo largo de la historia sin cesar. Una de estas expresiones del engaño puede ser la figura del saludador, que en el Lugo del siglo XIX hicieron acto de presencia.

Pero, ¿qué es un saludador? Sería una figura humana dotada de poderes mágicos superiores a su propia voluntad y que a diferencia de las meigas no ha decidido asumir este poder, practicarlo, sino que ha nacido con él. Un punto fuerte de su publicidad radica ahí, en que han sido elegidos.

Las circunstancias en las que emergían los saludadores eran diversas: son el séptimo hijo seguido del mismo sexo de una pareja; el que llora en el vientre materno y su madre escuha el llanto sin comentarlo; el mayor de dos gemelos; si nace con bolsa amniótica o si llega al mundo en Jueves o Viernes Santo, en Nochebuena o en el día de la Encarnación. 

Aseguraba poder curar las consecuencias de los mordiscos de animales venenosos o rabiosos

En Lugo destacó Josefa Filomena Rodríguez, que aseguraba haber nacido en Nochebuena del año 1837. 

Sus primeras andanzas podrían haberse dado en el barrio coruñés de Santa Lucía. En esta zona de A Coruña una saludadora, de nombre Matilde, hacía el agosto entre las familias pobres. Su gran milagro, con el que anunciaba sus poderosos servicios, había sido que tras besar la pierna de Eduardiño, un niño cojo, el pequeño salió corriendo y dando saltos. Como apunta José de Cora en el Álbum de los Lucenses, "mágoa que aos catro días estea moito peor".

En 1879, cuatro años después de la expulsión de Matilde del barrio coruñés, Josefa Filomena comienza a actuar en Lugo. Destaca por combinar sus poderes místicos con técnicas de marketing de acción directa. Esta saludadora clava los carteles con los que se anuncia en las puertas de las iglesias.

En su publicidad da cuenta de haber nacido en Nochebuena, con lo que certifica sus poderes. Estos, según asegura, le sirven para curar varias clases de dolencias, como las llagas o mordiscos de animales venenosos y rabiosos. La impotencia de la medicina de la época para hacer frente a la rabia se rellanaba con la magia de la saludadora.

Culminaba el anuncio con referencias a la prensa, que en más de una ocasión elogió sus capacidades

Aunque quizás lo que más llamaba la atención de las vecinas de Lugo era que Josefa Filomena aseguraba que podía convertir en fértiles a las mujeres que deseaban tener descendencia y no podían. Apoyaba estas palabras con hechos —confirmados por ella misma—: en Vilagarcía, gracias a su actuación, una mujer que había realizado 14 partos fallidos se transformó al fin en una madre feliz. 

Culminaba el anuncio con referencias a la prensa, que en más de una ocasión elogió sus capacidades. Respecto a su ubicación, afirmaba vivir en la casa de Miguel de Lemos, en la praza do Bo Jesús, "gunto ao Mercado".

Un personaje de la historia de Lugo que nos muestra que siempre han existido personas dispuestas a aprovecharse de los más desgraciados.