José Manuel Otero Novas: ''Podemos triunfa ahora gracias al pacto constitucional de 1978''

Con 75 años, al exministro de Educación y de la Presidencia con Suárez le llegó la hora de reflexionar sobre su vida política, marcada por ser uno de los 'padres' de la Constitución. Sus reflexiones tienen forma de libro, 'Lo que yo viví. Memorias políticas y reflexiones', que presenta este viernes en la Diputación
José Manuel Otero Novas, considerado uno de los 'padres de la Constitución'
photo_camera José Manuel Otero Novas, considerado uno de los 'padres de la Constitución'

Este es un libro autobiográfico, pero reflexivo. José Manuel Otero Novas hace un repaso a su vida política sin arrepentirse de nada al tiempo que analiza la situación actual, marcada especialmente por la corrupción.


¿El libro tiene una lectura política?
Sí, y pretende dar una lección política también.


¿Sobre qué?
Analizo los comportamientos de los dirigentes: cómo seleccionan a sus colaboradores, cuándo se apartan, a quién rechazan por razones psicológicas...


Tras tantos años, ¿qué conclusiones sacaría de su experiencia?
Que te confías en cosas que van a funcionar y luego no salen así.


¿Por ejemplo?
Creí que la Constitución garantizaba el funcionamiento de la sociedad porque se iba a cumplir, pero se violó. Otra cosa también fue que siempre íbamos a negociar bien la entrada en la Unión Europea y no fue así.


¿Encuentra muchas diferencias entre la situación política que vivió, en la Transición, y la actual? ¿Había menos corrupción?
La corrupción siempre existió y existirá porque es consecuencia de la naturaleza humana. El problema estriba en que, cuando el PSOE entró a gobernar (con la imagen del partido de la honradez que daba), desmontó los controles del Derecho administrativo sobre la actividad discrecional de la política y surgió la corrupción como un torrente impetuoso.

''La Ley de la Transparencia no tapona, no tapa, las vías de agua de la corrupción en España''

Quizá también parezca que ahora hay más corrupción porque se denuncia y se sabe y en la Dictadura, aunque la hubiese, no se sabía...
Sí, pero había unos controles que impedían que se diese la corrupción. Fui, durante siete años, en la Dictadura, abogado del Estado en Lugo y la corrupción estaba más controlada entonces. Estos controles proceden del siglo XIX, cuando España estaba sumida en la corrupción, entonces se aprobaron unas leyes administrativas que ejercían de control. En el franquismo, los contratos administrativos se resolvían por subasta, iban a las mesas de contratación y así la corrupción era imposible.

La contratación administrativa se otorgaba a la mejor oferta y ante un tribunal. Hoy desapareció la regla de la subasta. Ahora se ponen unas condiciones y el contrato va a favor de una persona y no de otra. También existía la intervención previa del gasto público, que la realizaban los inspectores de Hacienda. Esto desapareció en los 80. En toda Europa, los controles fueron eficaces pero si desaparecen, la corrupción se lanza.

¿Habrá ahora menos corrupción tras las últimas elecciones, que dan el poder a partidos nuevos en contra de los mayoritarios, donde hubo la mayor parte de los casos?
No, no hay ningún partido que haya dicho que hay que restablecer esos controles administrativos y todo va a seguir igual. Se aprobaron medidas, como la Ley de la Transparencia, pero eso no tapona, no tapa, las vías de agua.

Abundan ahora los casos de gente que se incorpora a la política. ¿Son buenos tiempos para estas lides?
A diferencia de cuando yo estuve, la política es ahora una actividad profesionalizada. La mayoría van a la universidad, se mete en las juventudes y se hacen concejales. Pueden estar más enterados pero les falta el conocimiento de la vida y la libertad. Dependen más del líder y favorece el caudillismo.

¿Le gustan los líderes actuales?
Pertenecen a una clase profesionalizada y tratan mejor a la prensa, pero falta visión a largo plazo.


Como ‘padre’ de la Constitución, ¿no va siendo hora de reformarla?
Estoy proponiendo algunos cambios, sobre todo en materia territorial, pero con un referéndum. Habría que cambiar el funcionamiento de las autonomías, volver a lo establecido en 1978.

¿Para controlar las corrientes independentistas de Cataluña?
Sí, para controlar las ansias de independencia de Cataluña y para corregir excesos y violaciones como lo que pasa con los puertos de interés general, que tendrían que ser controlados por el Estado y, por ejemplo, los de Vigo o A Coruña no los maneja el Estado. Habría que volver a lo que establece la Constitución, ¡eso que creo en las comunidades autónomas! Se dice también que el pacto constitucional se hizo bajo presión y no estoy de acuerdo. Todos cedimos en ese pacto, de 1978, y Podemos puede triunfar ahora en las elecciones gracias al pacto constitucional.

¿Cuál fue el momento más emocionante de su vida política?
Conseguir que la Ley para la Reforma Política se aprobase. Que un régimen autoritario apruebe una ley para un régimen democrático, dentro de un proceso de paz, es algo insólito, hay pocos ejemplos de esto en el mundo.


¿Y su peor momento?
El golpe de Estado.

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