Jaime López: "Habrá en Lugo una fundación para acabar ciclos agroalimentarios"

Lugo sabe que en el reparto y la inversión de fondos de reconstrucción de la Unión Europea se está jugando una de sus últimas bazas de futuro. También parecen asumirlo los propios empresarios, según desvela el secretario general de la CEL, Jaime López: el próximo mes nace una fundación agroalimentaria gallega dispuesta a cambiar la marcha del sector

Jaime López. SEBAS SENANDE
photo_camera Jaime López. SEBAS SENANDE

Jaime López ha estado y sigue estando en primera línea de batalla contra la crisis económica que la pandemia ha desatado. Conoce, por tanto, la magnitud del desafío, pero confía en la fortaleza de una provincia que tiene un sector productivo muy consolidado, el agroalimentario. El reto ahora sigue siendo el de siempre: que los ciclos productivos se finalicen aquí y los productos lucenses obtengan mayor añadido, lo que a su vez podría ejercer de motor para el empleo y freno para la despoblación. 

¿De qué situación económica partíamos y en cuál nos encontramos? 
Partimos de que Lugo ya venía de una situación de atraso histórico en muchos puntos, como las infraestructuras. Pero es una de las provincias de España más ricas en la generación de materia prima a todos los niveles, en el sector lácteo, en alimentación, en energías renovables, en minería, tenemos una pesca sobresaliente... Lugo tiene fortaleza por lo que genera por sí misma y porque tiene empresarios muy consecuentes y muy responsables. Ahora mismo estamos pasando un mal momento por el sector de la hostelería y el ocio nocturno y a lo mejor hay que pedir a la administración que en lugar de a medidas populistas, como el incremento del salario mínimo, destine todo ese dinero a ayudas a fondo perdido a este sector. 

Partiendo de estas fortalezas, ¿cómo ve el empresariado lucense el futuro próximo? 
Con preocupación, lógicamente, porque muchos de estos empresarios han tenido que acudir a fórmulas de financiación vía ICO que habrá que empezar a devolver. Y todo depende de la resolución de la crisis sanitaria. El empresario lucense es muy cauteloso y tiene las ideas muy claras, sabe cuándo son los momentos de invertir. No hemos tenido grandes caídas en el PIB como han tenido otros territorios de Galicia que a lo mejor tienen más aporte de dinero de la administración. 

¿Sabe cuál ha sido esa caída en la provincia? 
No se han hecho los cálculos exactos, pero la caída puede estar en torno al 10%, cuando a nivel nacional se hablaba del 18%. Tenemos que pensar que nuestra provincia no es eminentemente turística en este momento, pero sí es una despensa para toda España. En 2021 hay que apoyarse en los fondos de la reestructuración para emplearlos en cosas sistémicas que realmente ayuden a mejorar la economía. En este sentido, la CEL tiene un proyecto de futuro, que es crear una fundación agroalimentaria gallega en Lugo. El pilar básico será el empresariado, el que tiene que decidir dónde van a ir esos recursos. Esa fundación agroalimentaria tiene que sustituir el inminente cierre del Cetal, pero fundamentando todo en las empresas, que son las que generan riqueza y trabajo. Esa fundación es un proyecto con empresas muy importantes del sector, que lo requiere ahora mismo es profesional cualificado y formado, con posibilidad además de obtener prestaciones salariales importantes y no encuentra esa oferta de trabajo. 

¿Para cuando se podrá contar con esa fundación agroalimentaria? 
La fundación se constituye esta semana y comenzará a funcionar en enero. Ya hay empresas importantes en ella, o la escuela de carniceros de Galicia que se ha creado en Castro, donde hay un nicho muy importante para los jóvenes que se quieran formar en ese área porque no hay trabajadores y las empresas se los están quitando unos a otros. Hay que generar masa activa. 

El problema en la CEG viene siempre del mismo sitio, hay que dejarse ya de mamarrachadas

El problema de falta de mano de obra cualificada es algo común a muchos sectores ahora. 
Es de lo hablo, no podemos permitir irnos a un país subsidiado en lugar de potenciar que la gente quiera trabajar, con unos salarios que les suponga una mejora en sus vidas. Ahora estamos echando a gente del mercado de trabajo porque no estamos ofreciendo ese trabajo. Hablo de terminar ciclos productivos en Lugo, que será uno de los objetivos fundamentales de esa fundación, y de hacer cosas para que nuestras empresas se internacionalicen. Que no solo salga de aquí la materia prima. 

Pongámonos en unos meses, en que la vacuna funciona y se acaba la incertidumbre sanitaria. ¿Qué sectores deben tirar en ese momento de nuestra provincia? 
Fundamentalmente, que el dinero que viene de Europa se invierta aquí, porque históricamente ha sido una de las provincias que por su situación económica ha hecho posible que Galicia siguiera recibiendo ayudas comunitarias; hay que intentar equilibrar con el eje atlántico, no pueden caer los recursos siempre en el mismo sitio. Hay que luchar contra la despoblación y fomentar que los sectores productivos relevantes, como el agroalimentario, puedan finalizar ciclos. Y ahora sabemos que hay empresas en Lugo, por ejemplo en el sector biotecnológico, que hacían cosas que nadie hacía en el país y que se han convertido en laboratorios de referencia para PCRs o para certificar limpieza de superficies. Hay que seguir en esa línea. La apuesta de la Xunta por los drones está ahí, hay una gran inversión, y hay que tirar de los sectores de innovación, como la energía renovable. Y tenemos unos factores de sostenibilidad que no se pueden ignorar, el mundo tiene un deterioro que hay que frenar. Lugo tiene todas las oportunidades del mundo, pero necesita esa compensación en el ámbito de las infraestructuras para que la gente quiera quedarse.

Para quien no acabe de entender el espectáculo de lucha de poder que se está dando en la CEG, ¿cuál es la situación y cómo se lo explicaría? 
Hay elecciones en enero y la idea general de todos es alcanzar una figura de consenso para la presidencia para la CEG, que tenemos que pensar que es una representación de los intereses de las cuatro federaciones provinciales. Cuando no se adquiere ese consenso es porque hay un sector muy minoritario que está empeñado en imponer el suyo. No podemos olvidar que la persona que salió elegida hace poco tenía el apoyo claro de Lugo, Ourense, A Coruña y de sectoriales de Pontevedra. 

Sí, pero José Manuel Díaz Barreiros tuvo que dimitir dos días después de ser elegido. 
La dimisión es una decisión personal que hay que respetar. Lo que lo desanima es ese grupo de intereses claros que pretenden que lo que salga sea lo suyo. Al final los problemas siempre vienen del mismo sitio. Muchas veces la federación de Pontevedra no sabe si quiere estar o no estar. Y Vigo es diferente, quiere tener las luces como las de Nueva York, y ese tipo de cosas. En Lugo tenemos aspiraciones más limitadas, buscar la prosperidad y la mejora de las empresas de la provincia. Creo es el momento de dejarse de mamarrachadas y de encontrar a esa persona que aúne el interés de todos.

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