Los jabalíes toman la N-VI y la Guardia Civil interviene para evitar accidentes

Las visitas de estos animales empiezan a ser una constante en la ciudad

Un guardia civil dirige a los jabalíes. XESÚS PONTELos jabalíes le han cogido gusto a Lugo y no parece que vayan a abandonarnos en los próximos tiempos. Cuatro visitaron la Ronda da Muralla hace ahora dos semanas, otros cuatro hicieron lo propio cinco días después en la Avenida Infanta Elena... y cuatro nuevamente se dejaron ver esta vez en la N-VI, en las proximidades de las avenidas de Breogán y de las Américas.

La Guardia Civil tuvo que intervenir este viernes de madrugada en la N-VI por la presencia en la carretera de una manada de jabalíes que ponían en peligro la seguridad del tráfico .

Los cerdos salvajes, que llevan semanas enseñoreándose de la ciudad y causando importantes daños en espacios públicos y fincas privadas, tomaron la carretera y se resistieron a ser desalojados.

De hecho, el operativo para restablecer la seguridad en el vial se prolongó durante más de media hora y durante ese tiempo los agentes tuvieron que actuar también para ir advirtiendo a los conductores del peligro en la vía y evitar accidentes.

Muchos los conductores se tomaron la situación incluso con humor y algunos hasta dejaron el coche y se lanzaron a la carretera para hacer vídeos.

Otros, alarmados, comenzaron a enviar a través de las redes sociales mensajes advirtiendo de la presencia de jabalíes que se metían en la carretera y estaban provocando sobresaltos.

Los agentes llegaron a tener que activar las sirenas para intentar echar a los cerdos salvajes de la carretera, que aun así se resistieron

Aunque la actuación de la Guardia Civil se centró en el entorno de la Avenida de Breogán, los conductores también alertaban en las redes de que había jabalíes invadiendo la N-VI también en el entorno del acceso a Alfonso X, otra zona por la que suelen merodear manadas y donde habitualmente generan destrozos en los espacios verdes.

Mientras la alerta se iba extendiendo por la ciudad, los agentes de la Benemérita se afanaban en garantizar la seguridad de la nacional en la zona de As Saamasas, en la que a esas horas había afortunadamente poco tráfico, y en ir sacando a los cerdos salvajes de la carretera.

El desalojo no fue fácil. Los agentes llegaron a tener que activar las sirenas, para intentar alejarlos con el ruido. Pero se resistieron incluso a los destellos y las bocinas y echarlos resultó laborioso.

La invasión de una carretera que a esa hora tenía poco tráfico pero que durante el día es la de mayor densidad circulatoria volvió a evidenciar que los jabalíes se mueven ya por Lugo continuamente y con total desparpajo. Mientras, la ciudad sigue sin armas para controlar la situación.

Así, parecen estar descartada cualquier batida para controlar la población de cerdos salvajes en la ciudad. La Xunta no contempla una medida tan expeditiva en la ciudad por una cuestión de seguridad.

Mientras que en las zonas rurales sí se de dan autorizaciones de caza para controlar la población de jabalíes, en las zonas habitadas no se permiten ese tipo de medidas porque podrían conllevar un riesgo para la seguridad de los ciudadanos.

Medio Ambiente no concretó este viernes si tomó ya alguna medida concreta para intentar poner coto o atrapar a los jabalíes después del episodio registrado en la N-VI.

Tampoco el Ayuntamiento tiene previsto actuar. El gobierno local sostiene que no tiene competencias en esa materia y que los daños que causan en la ciudad tienen escaso coste.

El Ayuntamiento entiende que en la ciudad los jabalíes no representan un problema de seguridad y que en la N-VI la administración competente es Fomento y, por tanto, no hay medidas que pueda tomar el gobierno local para evitar que los animales puedan entrar a la carretera.

De momento no consta que haya datos siquiera del número de jabalíes que se mueven por la ciudad, aunque el crecimiento de la población es evidente si se tiene en cuenta que los avistamientos son cada vez más frecuentes y que en San Froilán llegaron a las puertas de la muralla.

Un veterinario explicaba, por otra parte, que el crecimiento de la especie es exponencial. Señalaba que hay unas 6.000 hembras fértiles en Galicia y que estas tienen una media de seis crías al año, de modo que la población se está multiplicando, lo que explica que su presencia se haga cada vez más evidente, como los daños que causan y su impacto económico.

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