Cinco intoxicados al confundir una seta no comestible con otra que lo es

Este suceso se registró en la parroquia de San Estevo de Camoira, en el municipio de Lugo ► La Sociedade Micolóxica Lucus hizo un estudio para concienciar y que no se repita el caso 
Chlorophyllium brunneum y Macrolepiota procera, las dos especies que se confundieron. EP
photo_camera Chlorophyllium brunneum y Macrolepiota procera, las dos especies que se confundieron. EP

Cinco miembros de una familia, dos parejas de entre 34 y 49 años de edad, y el hijo de una de ellas, de seis años, se intoxicaron al confundir una seta silvestre que no es comestible con otra que sí lo es.

La mayoría de los intoxicados presentaron síntomas leves y tuvieron una pronta recuperación. Pero uno de ellos, uno de los varones adultos, sí requirió asistencia médica debido a que sufrió una gastroenteritis aguda, con náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal.

Este caso, que se registró a mediados del pasado mes de octubre en la parroquia de Santo Estevo de Camoira, en el municipio de Lugo, ha saltado ahora a la palestra.

Miembros de la Sociedade Micolóxica Lucus realizaron un riguroso y documentado estudio sobre él, que publicaron en la revista Micolucus con el fin de concienciar a los aficionados a recolectar setas silvestres para consumir que se cercioren de la identificación de la especie que han cogido antes de incurrir en un fatal error.

En este caso el recolector, que contaba con cierta experiencia, confundió los ejemplares de Chlorophyllum brunneum, que es una especie tóxica, con los de Macrolepiota procera, que sí es comestible. 

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Uno de los errores que cometió fue que excluyó que los ejemplares recogidos fueran tóxicos porque presentaban un sombrero de diámetro grande. Además, les cortó en el campo el pie entre el anillo y el bulbo, lo que dificultó su identificación

Tras sufrir esta intoxicación, los afectados se asesoraron con la Sociedade Micolóxica Lucus e incluso alguno de ellos asistió posteriormente a uno de sus cursos de formación.

Más formación. Un miembro de esta asociación, José Castro, que realizó este estudio en colaboración con Julián Alonso y Josep Piqueras, considera que la formación en micología de los ciudadanos que recogen setas silvestres para consumo es "escasa e inadecuada en general", por lo que asegura que el riesgo de sufrir una intoxicación es "real, elevado e infravalorado".

El autor también advierte de que aumenta el riesgo de intoxicación porque existe "un desmedido y creciente interés" en el consumo de setas silvestres, lo que, a su juicio, se traduce en "una peligrosa confluencia de factores: necesidad de identificaciones inmediatas, identificaciones arriesgadas, exceso de confianza, escasa o nula formación".

José Castro recomienda que cuando se produce una intoxicación es "clave" la pronta intervención de una asociación micológica para que se realice "una rápida y correcta identificación" de las especies para que los servicios médicos pauten el tratamiento más adecuado.

Incide asimismo en que los servicios sanitarios recurran a las asociaciones micológicas "próximas y de prestigio" para realizar una correcta identificación de las especies, dada su capacidad "por su experiencia y conocimiento de la microbiota de la zona".

Desaconseja que se recurra "a datos o fotos recabados indiscriminadamente de internet o de otras fuentes de dudosa fiabilidad" para hacer las identificaciones ante una situación seria.

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