Los inquilinos morosos del piso patera no abren la puerta ni a la Policía

Los agentes que tras la denuncia del dueño fueron varias veces el fin de semana al inmueble de la Rúa Río Navia no pudieron acceder ►Los vecinos están preocupados por el riesgo que entraña que tengan un enganche ilegal al gas, como asegura el propietario del inmueble

El hombre fue detenido en la Rúa Río Navia. AEP
photo_camera El piso está en la calle Río Navia. J.VÁZQUEZ

LUGO. Ni a la Policía Nacional le abren la puerta los inquilinos morosos del piso de la calle Río Navia de Lugo que le han exigido al propietario 5.000 euros para dejar libre la vivienda. Los agentes que, a raíz de la denuncia presentada por el dueño, acudieron el fin de semana varias veces al inmueble, no pudieron acceder a él.

No es la primera vez que sucede. Cuando los otros vecinos del edificio requirieron esa presencia policial, tampoco les franquearon la puerta y si, en el mejor de los casos, lo hicieron, la respuesta que recibieron los agentes es: «No está el jefe —en referencia al que suscribió el contrato de alquiler—. Nosotros somos amigos que estamos de paso».

El propietario de este piso patera, en el que, según dicen los vecinos, han llegado a convivir una veintena de ciudadanos rumanos, ha presentado en el último mes y medio dos denuncias en comisaría y ha puesto su caso también en conocimiento de la Fiscalía.

La primera denuncia fue el 8 de marzo, en la que advertía de que los inquilinos, que le adeudan todas las rentas de este año y varias del pasado, tienen «un engache ilegal» al suministro de gas, lo que, a su juicio, «puede ser muy peligroso, ya que podría provocar una explosión grave».

La segunda fue el pasado viernes. Además de reiterar el riesgo de una fuga de gas, el propietario daba cuenta en su denuncia de que le habían exigido 5.000 euros a cambio de que hacer las maletas y marcharse de la vivienda.

La respuesta del afectado ante ese chantaje de sus arrendatarios deudores no se hizo esperar: «Cuando vivíamos en el País Vasco, nos tuvimos que ir por no pagar la extorsión terrorista y no pienso pagar ahora».

Al margen de impagos y problemas en la convivencia diaria, los vecinos de la calle Río Navia expresan su preocupación por el estado de la conexión de gas y que no se pueda hacer nada por comprobar cómo se encuentra la instalación en el interior del piso. Los inquilinos tampoco le abrieron la puerta a los operarios de la compañía suministradora cuando estos acudieron alertados por el propietario del piso.

«O gas preocúpanos moito. Pero non só por nós. Ás veces eles teñen seis ou sete nenos na súa casa», afirmaba el lunes un vecino cuando trataba, sin éxito, de cerrar el portal, que está abierto «día e noite» porque, según apuntaba, esos molestos inquilinos suelen inutilizar la cerradura con palillos, lo que condena al portero automático a estar fuera de servicio.

«¡Cualquiera no está preocupado! Cuando ocurra algo, ya no se podrá hacer nada para evitarlo», aseguraba otro vecino, que precisaba que el riesgo es «primero para el edificio, pero también para las casas colindantes».

«Nos preocupa que cualquier día podamos saltar por el aire», se mostraba más contundente otra vecina.

MALA CONVIVENCIA. Este caso ha aireado también un problema de convivencia, según coinciden en señalar tanto los vecinos del edificio en el que habitan los morosos como los de otros inmuebles que se encuentran en la Rúa Río Navia.

Un vecino aseguraba el lunes que aunque a veces alguno de los inquilinos aparca delante del portal vehículos de alta gama -como un Audi Q7 o un Porsche Cayenne-, estos suelen acudir a colectivos sociales a recoger alimentos. Incluso les han visto tirar bolsas de basura al lado de los contenedores con botes de legumbres y otros productos envasados sin abrir, que proceden de esa ayuda solidaria.

Vehículos de lujo y caridad

Los vecinos aseguran que utilizan vehículos de alta gama mientras acuden a colectivos sociales a recoger alimentos

Desperfectos

El portal está abierto día y noche porque, según dicen los propietarios, inutilizan la cerradura con palillos

Dormitorio improvisado

Avisaron a la Policía porque como había tantos moradores en el piso tiraron un colchón el el suelo al lado de los trasteros

«Menos guapo, chamoume de todo», decía el lunes un vecino al recordar lo que le pasó el fin de semana cuando reprendió a una de las inquilinas porque a primera hora de la tarde dejó varias bolsas de la basura en la calle al lado de un contenedor, en vez de arrojarlas en su interior.

La lista de incidencias es interminable. Un vecino recordaba que avisaron a la Policía cuando pernoctaron en un colchón en el pasillo que se encuentra al lado de los trasteros, que están en el bajo cubierta, debido a que no cabían en el piso que tienen alquilado de tantos moradores que había. «Parecía un hotel», ironizaba.

Otra vecina detallaba que mancharon las escaleras de sangre cuando sacrificaron un cerdo en el interior de la vivienda.

«Cando se poñen a cociñar para tantos o olor é impresionante. Non se pode subir polas escaleiras, nin tender a roupa polo cheiro», afirma un propietario, que citaba además el ruido que tienen que soportar a veces hasta altas horas de la madrugada.

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