Inmersión en la empatía

La traumatóloga del Hula Laura Coto dedica parte de sus vacaciones a viajes de cooperación. Opera patología que no acostumbra a ver en su día a día y a pacientes para los que la sanidad es, muy a menudo, un lujo. De ellos se trae "más humanidad", señala.
Generated by  IJG JPEG Library
photo_camera La doctora Coto y dos colegas, durante una intervención. CEDIDA

"El tipo de medicina que practicas en esos países es la Medicina que te llevó a estudiar la carrera. No es la clase de Medicina defensiva que se practica aquí", explica Laura Coto, traumatóloga del Hula sobre sus experiencias en los dos últimos años en Camerún y Chad.

En ambos países llegaron a su mesa de operaciones problemas que aquí no se ven, para los que se pide que dé una solución con material escaso y obsoleto. "Te obliga a ser muy creativa", admite. Por ejemplo, en la semana que pasó en Dfchang (Camerún) en 2021 con la ONG Cirujanos Ortopédicos de España para el Mundo, lo que más vio fueron fracturas mal consolidadas, una rareza en el hospital lucense.

Explica que, como el acceso a la sanidad es limitado en un país tan pobre, muchas fracturas se quedan sin tratar. El hueso se cura mal, se pueden producir acortamientos o grandes cicatrices.

"En esos casos hay que empezar de cero. Romper y volver a poner en el sitio, lo que no siempre es posible. Hay que adaptarse al material disponible. Quizás en el Hula utilizarías un clavo y allí no hay clavo", explica.

En Chad, a donde viajó este año por dos semanas con Ayuda Médica a Países en Desarrollo, volvió a enfrentarse a casos similares y sumó otros nuevos. Un par de semanas antes de su llegada se habían producido protestas en las calles. Para atajarlas, las fuerzas de seguridad cargaron muy duro. Se saldaron con 70 muertos y más de mil heridos y la comitiva de la ONG recibió en quirófano a muchos heridos de bala, personas que habían sido disparadas durante esos levantamientos y operadas de urgencia pero habían quedado mal. De nuevo, los heridos de bala en el Hula son excepcionales.

Laura Coto
Laura Coto, traumatóloga del Hula y cooperante. CEDIDA

En ese país, más humilde aún que Camerún, con un 80% de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza, la doctora Coto y sus compañeros acudieron a la lectura de tesinas de la séptima promoción de la facultad de Medicina, que supone la incorporación a la sanidad de 17 nuevos médicos. Como algunos de los cooperantes formaban parte del jurado se hizo coincidir el viaje con ese momento. "Fue muy emocionante participar, celebrar el nuevo futuro que se abre ante esos médicos. En un lugar con una elevada tasa de analfabetismo, sus familias hacen un grandísimo esfuerzo para que puedan tener educación superior. Muchos de ellos logran estudiar gracias a las aportaciones de familias españolas, que les pagan la matrícula", señala.

La traumatóloga cuenta que la relación con los pacientes es lo mejor de la experiencia como cooperante. "Es gente que te agradece mucho que estés allí, que hagas cualquier pequeña cosa que aquí se da por sentada y que haces sin darle demasiada importancia", indica. Por ejemplo, allí los enfermos deben pagar el material que se usa en sus cirugías. Como la comitiva lleva material para donar, se usa ese y, evidentemente no se les cobra, algo que les evita un gasto siempre inconveniente y que les alivia muchísimo.

Los médicos europeos ayudan a formar en técnicas quirúrgicas a los locales y a cambio reciben otro tipo de aprendizaje. "Te da más humanidad con los pacientes, más empatía", explica la doctora Coto.

Comentarios