Indemnizada una familia lucense tras la muerte de un bebé de cuatro días

El fallo recoge la "deficiente observación de la niña" en sus primeras 48 horas, al darle el alta sin tomarle ese día la temperatura
Pasillo del servicio de Urgencias del Hula. XESÚS PONTE
photo_camera Pasillo del servicio de Urgencias del Hula. XESÚS PONTE

El juzgado contencioso número 1 de Santiago de Compostela condena al Sergas a indemnizar a una familia por la muerte por neumonía de su hija de cuatro días. Reconoce que se produjo una "pérdida de oportunidad" al darle del alta a la niña sin tomarle ese día la temperatura, lo que entiende que hubiese podido alertar de la presencia de infección.

La pequeña nació el día 10 de noviembre de 2015 en el Hula. Su madre había tenido una infección por la que recibió la primera dosis de antibiótico del estreptococo del grupo B, pero no la segunda. En esos casos se deben administrar dos, pero espaciadas en un determinado intervalo de tiempo, algo que por el rápido desarrollo del parto no se pudo hacer.

Según recoge el fallo, a la pequeña se le tomó la temperatura en diversos momentos -con una máxima de 37,5 grados- pero se fue de alta el día 13 de noviembre después de llevar 18 horas y media sin control de temperatura, pese a que se trataba de una niña con factor de riesgo positivo por estreptococo B debido a que su madre había recibido una profilaxis correcta pero incompleta.

El día 14 sus padres la llevaron a Urgencias porque rechazaba las tomas, tenía problemas para respirar y mal color. Allí entra en parada cardiorrespiratoria y, pese a las maniobras del personal para revertirla, muere. La autopsia confirma la muerte a causa de una neumonía y a menos de 24 horas después del alta hospitalaria.

La sentencia recoge que se produjo "una omisión en la toma de temperatura" y que esta "hubiese alertado en la determinación del diagnóstico de certeza" y establece que el Sergas indemnice a los padres con 50.000 euros.

El abogado de la familia, Cipriano Castreje, entiende que esa cifra "no repara de forma integral el daño causado". Recuerda que la muerte de un hijo "no tiene precio para unos padres" e indica que en uno de sus casos recientes, en el que el fallo reconoció también la pérdida de oportunidad, se indemnizó a unos padres con 300.000 euros.