Un usuario de la Asociación Lucense de Axuda a Enfermos Mentais (Alume) sufrió esta semana la ira de varios vecinos que asomados a ventanas y balcones le recriminaron que hubiese salido a la calle con un familiar, instándolo a confinarse de nuevo.
Ante esta situación, desde Alume llaman “á moderación e a tolerancia por parte de todos, e a non dar por feitas cousas por moi evidentes que parezan”.
Una instrucción del Sergas contempla que las personas que padecen un trastorno mental grave, para quienes el confinamiento puede suponer una recaída, una situación de angustia o de patología severa, pueden hacer una tregua en el confinamiento si cuentan con “unha autorización ex professo” del profesional que las atiende, como puede ser un psiquiatra o un psicólogo clínico.
Al disponer de la acreditación —como sucede con la persona a la que se increpó— las autoridades determinan que “poderán desenvolver unha certa actividade ao aire libre para aliviar os síntomas da súa enfermidade”, de acuerdo al artículo 7 del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo.
Alume atiende a usuarios en pisos tutelados y también a personas que están en sus propios domicilios
Alume atiende a usuarios en pisos tutelados y también a personas que están en sus propios domicilios, algunas de ellas con sus familias. “A maioría están respondendo moi ben á situación pero non sabemos o que vai durar esto e hai casos nos que o encerro continuo pode provocar descompensacións na súa enfermidade. A experiencia que temos é esta”, indicaron desde el colectivo lucense. “Temos ao alcance unha medida que non queremos deixar de poñer en práctica pola actitude da veciñanza”, afirmaron desde Alume.
Las fuerzas de seguridad confirmaron recibir muchas llamadas de la nueva ‘policía de balcón’.
