Una niña de cinco años se clavó una aguja usada en el parque infantil de O Cantiño cuando se cumplían 45 días de la huelga de la basura, en julio del año pasado. Su familia presentó entonces una reclamación patrimonial al Concello, que, de momento, "no se ha molestado ni en contestar", denunció la madre de la menor.
La niña está bien. Tuvo que someterse a un tratamiento preventivo de VIH, pero el pinchazo no tuvo, por fortuna, consecuencias para su salud. La cura duró un mes y en febrero acabaron las revisiones periódicas a las que tuvo que someterse.
Con todo, la familia optó por presentar una reclamación, por la gravedad de lo ocurrido y porque la niña tuvo que someterse a un tratamiento que le resultó "muy duro", según cuenta la madre.
La progenitora, incluso, dejó sus obligaciones laborales para ocuparse de su hija. Durante el primer mes, relata, optó por llevarse a la pequeña con ella al trabajo cada día. Su jefa y otro empleado le ayudaban a darle la medicación, algo que era "difícil" porque había incluso que "sujetarla" de pies y manos, asegura la madre.
Pero llevar a la niña al trabajo "no era sostenible", sostiene la madre, por lo que optó por dejar el empleo. Además, afirma que ella también sufrió "secuelas" por el accidente, que se produjo cuando la menor participaba en una actividad de la ocioteca del Uxío Novoneyra. La madre dice que "estuve a Trankimazin" por la ansiedad que le generó.
Por todo ello, presentó una reclamación patrimonial al Concello, que ha agotado el plazo de seis meses que tenía para contestar sin dar respuesta a la familia. Ahora solo les queda la vía judicial.
