"O meu amor pola terra é infinito e seguirei dedicándome a isto ata que o corpo o permita". José Antonio Iglesias Teijeiro expresaba de este modo la pasión por su trabajo en una entrevista con este diario en octubre de 2019, cuando se cumplía medio siglo de su trabajo como funcionario del Iryda, el Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario.
No solo ha cumplido su palabra, sino que lo ha hecho hasta que la ley se lo ha permitido: ayer se jubiló definitivamente, a sus 70 años, en su puesto de la Consellería de Medio Rural (la Xunta asumió las competencias de agricultura en 1983, y con ellas a los funcionarios nacionales). Cumplía así 54 años ininterrumpidos al servicio de la administración.
El delegado territorial de la Xunta en Lugo, Javier Arias, y Olga Iglesias, jefa provincial de Medio Rural, fueron los encargados de darle la enhorabuena y la despedida en su puesto de trabajo. José Antonio Iglesias había decidido prorrogar su vida laboral una vez cumplidos los 65 años, hasta los 70 actuales, que es el límite.
Una vida dedicada al rural lucense
Iglesias era memoria viva de la evolución del sector agrario y ganadero de Lugo. En 1969, con 16 años, comenzó a trabajar en el Servicio Nacional de Concentración Parcelaria, que dos años después se fusionó con el de Colonización para formar el mítico Iryda. Desde estos organismos participó directamente en la reorganización del rural lucense.
Sin embargo, y según recordaba él mismo, el mayor cambio en el sector fue con la industrialización en los años 80, con la aparición de las subvenciones para la compra de tractores y maquinaria.
En la actualidad seguía trabajando desde Medio Rural para el ámbito agrario, "porque me encantaba y me sigue encantado lo que hago".
