El positivo por coronavirus de una persona vinculada a la parroquia obligó a cerrar la iglesia de San Francisco Javier. El párroco, Xurxo Fernández Aira, tuvo que someterse a las pruebas y dio negativo, pero ha tenido que guardar cuarentena, lo que ha obligado a reinventar la actividad parroquial.
En Lugo es la primera vez que ocurre, aunque en la diócesis ya se dio otro caso en Melide.
El sacerdote explicaba este lunes que llegaron a tener que suspender las comuniones, pero también detallaba que los fieles se ha adaptado a mantener el contacto por vías como Twitter o Instagram. Aunque a los mayores les cuesta más comunicarse a través de las redes, al final lo hacen con apoyo de los jóvenes y toda la parroquia ha logrado "mantenerse unida a través de la oración", decía el sacerdote.
El culto se recuperará este próximo viernes, con una misa.