Ideas que reconducen vidas y barrios

Montar un negocio no solo es una forma de ganarse la vida, también es una manera de dinamizar la economía y la cultura de un barrio. Tres enclaves lucenses representan este concepto

Alberto Curiel, propietario de Aloumiña en A Tinería. SEBAS SENANDE
photo_camera Alberto Curiel, propietario de Aloumiña en A Tinería. SEBAS SENANDE

El objetivo de un negocio es ganarse la vida, pero para poder competir es importante destacarse de alguna manera. Una buena manera de conseguirlo es ofreciendo un producto distinto al consumidor que genere un vínculo con el barrio donde se asienta.

En eso pensó el arquitecto Guillermo Fajardo Heredia cuando la reciente crisis de la construcción lo obligó a buscarse una nueva trayectoria laboral. Con este fin, rediseñó un antiguo almacén de vinos y de construcción en la plaza Mártires de Carral, en el barrio de San Roque, para reconvertirlo en un 'concept store'. Es decir, una tienda donde conviven la moda masculina, la artesanía y el diseño de espacios a partes iguales para ofrecer otro concepto de negocio y, sobre todo, dinamizar el barrio mediante la creación de una zona de negocios alternativos.

"En este barrio, hay ahora mismo tres negocios que son: el mío, Bororo, en Mártires de Carral; otra tienda similar a la mía, solo que centrada en moda femenina, Cuervo y Cerdo, junto a la capilla de San Roque, y la sala de exposiciones y estudio de diseño gráfico Iskoo, junto a la estación de autobuses, que no solo ofrecen un producto sino que se caracterizan por su originalidad y por dotar a la zona de un comercio alternativo", afirma Guillermo Fajardo.

En San Roque, A Estación y A Tinería hay comercios alternativos que ofrecen productos nuevos y dotan de personalidad las zonas

Este emprendedor pretende poner en marcha en el barrio de San Roque una zona similar al Triball (Triángulo de Ballesta) de Madrid, cerca de Gran Vía y Fuencarral, donde conviven establecimientos de vanguardia con comercios tradicionales. "Queremos promover algo parecido aquí en Lugo, a través de una asociación, para ofrecer en esta zona un comercio alternativo", comenta Guillermo.

A ESTACIÓN. Martín Villamor dejó la empresa de reformas de albañilería en la que trabajaba y -con una gran dosis de visión empresarial- rehabilitó el antiguo hostal París, frente a la estación del tren, para reconvertirlo en una tienda donde venden tanto revestimientos continuos como las lámparas o las pajaritas de cemento que ellos mismos fabrican en una de las naves que tiene la empresa Adif, enfrente, junto a la estación.

"Nos gusta asentarnos en locales en ruinas y darles otra vida pero dejando su esencia. Ahora también abriremos en la estación del tren de A Coruña un 'show room' de retail, donde se mostrarán nuestros productos, en una antigua nave de Adif que fue un taller mecánico de trenes. Lo bueno de estas naves abandonadas es que tienen los techos muy altos, están céntricas y suelen ser muy grandes", afirma Martín.

A TINERÍA. Alberto Curiel se asentó en A Tinería hace un año para montar allí su obrador de cerveza artesana, Aloumiña, que vende en seis variedades diferentes (una de ellas, Tineripa, dedicada al barrio de A Tinería). Recientemente, y satisfecho con esta zona de Lugo en plena recuperación, abrió una tienda, en el mismo local, donde ofrece directamente al público sus cervezas. "Sempre vin que aquí, na Tinería, había moito potencial para montar este tipo de negocios. É un sitio tranquilo e con encanto no que cada vez entra máis xente", afirma Alberto, que dejó su trabajo como administrativo para dedicarse a una afición que se convirtió en su profesión.