Humana, animal y ambiental: salud no hay más que una

Los profesionales de la Veterinaria, claves en la protección del Medio Ambiente y en el impulso del enfoque de 'One Health' ('Una Sola Salud')

IlustreSeguramente nunca tanto se haya hablado de las zoonosis como en los últimos 18 meses. La pandemia del COVID-19 ha puesto a nuestras sociedades frente al espejo de los efectos de décadas continuadas de mal trato al medio ambiente. Al igual que ocurrió hace unos años con el virus del Ébola, cuyo brote suele vincularse a los murciélagos frugívoros, también el origen del coronavirus se relaciona con un mercado de animales salvajes de la localidad china de Wuhan, aunque desde un principio surgió la duda de que el virus hubiese sido creado en un laboratorio chino como arma biológica. Así, las zoonosis (enfermedades que se transmiten en condiciones naturales entre animales y personas) ya están detrás del 60% de las enfermedades, que provocan 2.400 millones de patologías en humanos y hasta 2,2 millones de muertos al año, según Animal Health Europe.

Para paliar situaciones como estas ha emergido el concepto One Health, con el que se reivindica la estrecha conexión existente entre las esferas de la salud humana, animal y medioambiental.

Uno de los roles centrales de los Veterinarios es la seguridad alimentaria, lo que implica, entre otras cuestiones, garantizar que los medicamentos empleados para el tratamiento de animales no lleguen a la cadena alimentaria

 

Esta óptica ha ido consolidándose como una apuesta decidida por el enfoque colaborativo de organizaciones e individuos de múltiples sectores de actividad sanitaria y no sanitaria de todos los lugares del mundo.

Como no podía ser de otra manera, los veterinarios somos una pieza clave en ese puzle. No en vano, uno de los roles centrales de nuestro campo profesional es la seguridad alimentaria, lo Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Lugo que implica, entre otras cuestiones, garantizar que los medicamentos empleados para el tratamiento de animales no lleguen a estar presentes ni en los alimentos (ni tampoco en el agua) y, así, evitar que entren en la cadena alimentaria. Además de esta acción, la correcta reducción de los excedentes de estos productos químicos es otra de las facetas con las que, junto a los ganaderos o propietarios de mascotas, trabajamos por la reducción del impacto sobre el cambio climático.

Paralelamente, los compañeros que trabajan mano a mano en ganaderías de nuestra provincia tienen un destacado papel en la concienciación sobre el uso responsable de recursos naturales, como agua y alimento, en los procesos de producción del sector primario. Evidentemente, esta no es una lucha solo de nuestro colectivo profesional, sino que requiere de la colaboración de quienes toman la decisión final. Para lograrlo, la labor pedagógica de los veterinarios es una aliada más por la estrecha relación de confianza que hemos ido tejiendo con los propietarios de animales.

Uno de los aspectos tradicionalmente más opacos en el ámbito de las patologías humanas ha sido el de la salud mental.

Las zoonosis (enfermedades que se transmiten en condiciones naturales entre animales y personas) ya están detrás del 60% de las enfermedades, que provocan 2.400 millones de patologías en humanos y hasta 2,2 millones de muertos al año, según Animal Health Europe 

 

Por ello, en la medida en que está acreditado que las mascotas contribuyen de manera decidida a la salud emocional de un hogar, el rol de los veterinarios es también relevante para salvaguardar ese equilibrio que la presencia de un animal ha contribuido a recuperar. No hay más que pensar en el impacto que tiene la pérdida de un perro o el fallecimiento de un gato para entender la íntima conexión entre salud y bienestar animal y humano.

Sin embargo, en este Día Mundial del Medio Ambiente no se trata solo de recordar por qué la profesión veterinaria es un actor fundamental en la protección de la biodiversidad y de los recursos de la naturaleza, sino de promover que esta idea de 'Una Sola Salud' cale para siempre. El bienestar humano no se entiende sin el animal y este tampoco sin el medioambiental.

Sin duda, la pandemia del coronavirus y una crisis sociosanitaria única, sin precedentes en las últimas décadas, debería haber servido para que todos seamos más conscientes de ello. La única certeza es que nuestra falta de responsabilidad como sociedad nos está llevando a la destrucción del mundo en el que vivimos.