La enfermedad cerebrovascular es muy prevalente, como demuestra el hecho de que supone en España la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en varones. En una población envejecida como la del área de Lugo, su relevancia es todavía mayor. La incidencia aproximada es de entre 150 y 200 casos cada 100.000 habitantes al año, lo que supone unos 5.000 ictus al año en Galicia.
En el área sanitaria correspondiente al Hula se atienden aproximadamente unos 700 ictus al año (isquémicos, hemorrágicos, AIT, etc.) Se calcula que en Galicia hay unos 50.000 personas con algún grado de dependencia funcional en relación con un ictus. A la hora de reducir la morbilidad derivada de estas enfermedades es muy importante que estos pacientes reciban una atención especializada.
El factor tiempo en la atención a estos pacientes es fundamental dado que pueden recibir tratamientos que ayuden a mejorar la perfusión cerebral y disminuir la extensión del daño del tejido cerebral. En este sentido en el momento actual se dispone de tratamiento fibrinolítico administrado de manera intravenosa dentro de las 4 horas y media desde el inicio de los síntomas; o bien de la trombectomía mecánica, de la que determinados pacientes se benefician dentro de las primeras seis horas transcurridas, y ocasionalmente más allá.
En el contexto del Plan Galego de Atención ao Ictus implantado en el año 2016, en el Hula se atendió a estos pacientes mediante un equipo de ictus a través de protocolos consensuados entre los distintos servicios implicados. En el primer trimestre del año 2020, se implantó en el Área Sanitaria de Lugo, A Mariña e Monforte de Lemos, una guardia de Neurología, de tal manera que hoy en día existe un Neurólogo disponible las 24 horas del día durante todo el año, para la atención a todos los pacientes de todos los hospitales de la provincia.
Esto permite una mejora a la atención al ictus isquémico en la fase aguda con una mejor selección a los pacientes candidatos a fibrinólisis o trombectomía así como una mejor fluidez en el manejo de otras patologías neurológicas. A lo largo de 2020, un año marcado por la pandemia, se identificaron en el Hula unos 80 pacientes candidatos a alguno de dichos tratamientos de reperfusión encaminados a restaurar el flujo sanguíneo cerebral.
Además, un número de pacientes considerablemente mayor se benefició de cuidados en una unidad dotada de personal sanitario y equipamientos especializados.
Diversos estudios han demostrado el beneficio de la atención a los pacientes con ictus en unidades específicas (unidades de ictus) en cuanto a una optimización en el manejo a esta patología en la fase aguda y una disminución demostrada en la morbimortalidad a largo plazo. El Hula dispone en el momento actual de los requisitos, tanto desde el punto de vista estructural como del de personal, para tener acreditada la existencia de una unidad de ictus, circunstancia que viene de certificarse recientemente por el Sergas.
Esto es el fruto del esfuerzo y trabajo de todos los profesionales sanitarios implicados y constituye una enorme satisfacción por lo que supone para la atención neurológica de los pacientes de la provincia.
La optimización del manejo de esta patología en fase aguda conlleva una disminución demostrada de su morbilidad a corto y largo plazo. La atención neurológica especializada en una unidad de ictus es el tratamiento que proporciona más beneficio a la mayor parte de la población con ictus, ya que, puede ser aplicable a todos los pacientes.
Equidad
La unidad favorece la equidad en el acceso al sistema sanitario de los pacientes independientemente de su lugar de residencia. Los pacientes candidatos se trasladan en la fase hiper aguda desde el hospital comarcal a la unidad del centro de referencia
Robustiano Pego: "El tiempo es cerebro y cuando alguien tiene síntomas de un ictus debe acudir al hospital"
El Jefe de Neurología del Hula destaca que para en el ictus «el tiempo es cerebro», e insiste en la necesidad de acudir al hospital cuanto antes a todas aquellas personas que presenten síntomas.
¿Cómo es la unidad de ictus?
Disponemos de cinco camas monitorizadas con telemetría ubicadas en la planta de Neurología. Están atendidas por los neurólogos del equipo en base a unos protocolos y guías clínicas que nos sirven para organizar y tratar a los pacientes con ictus, según el tipo de ictus del que se trate. Monitorizamos la tensión arterial de los pacientes, su frecuencia cardíaca, etc. También intentamos descubrir si hay alguna arritmia que pueda justificar el ictus y disponemos de estudios de neurosonología, ecografía de carótidas, transcraneal, ecocardioscopias y protocolos de colaboración —según el paciente— con especialidades como Neurocirugía, Uci, Urgencias, Cardiología (en una colaboración muy extensa), Rehabilitación, Vascular, Hematología, etc. Como corresponde a una unidad de ictus tenemos un neurólogo de guardia las 24 horas del día todos los días del año. Es un requisito fundamental. Después registramos, a través del programa Vixia, del Sergas, cada ictus al que se le hacen tratamientos de reperfusión. Son criterios establecidos que cumplimos en su totalidad y por eso tenemos la capacidad de definirnos como unidad de ictus.
¿Qué debe hacer una persona que nota síntomas de un ictus?
El tiempo es cerebro. Cuando un paciente nota síntomas como problemas para hablar, que se le tuerce la boca, pierde fuerza en una extremidad o ve doble, lo primero que debe hacer es acudir al hospital. Podemos estar ante un ictus y el tiempo es muy importante, sobre todo si el paciente es candidato a alguno de los tratamientos de los que disponemos. La sintomatologíaaparece en diferentes campañas de difusión, como la del Sergas de las tres efes: Fala, Forza, Faciana, que está en los carteles y las pantallas de los hospitales y centros de salud.
¿La pandemia afecta a la eficacia en la atención a los ictus?
No. A pesar de la pandemia el resto de las enfermedades existen y los ictus también, como los infartos y otras muchas patologías. Nosotros seguimos teniendo una guardia de Neurología y el manejo sigue siendo el mismo. Tenemos la capacidad de atender a estos pacientes e insistimos a la población que, aunque la pandemia parece que tarda en dejarnos —va a pasar un tiempo hasta que nos deje— las demás enfermedades también siguen, y el ictus entre ellas.
