Los hosteleros lucenses se preparan para reabrir e intentar cubrir gastos

Algunos establecimientos se suman al carro de entrega de pedidos en el local o a domicilio siempre bajo cita previa y reserva el día anterior
Obras en Os Cachivaches. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Obras en Os Cachivaches. VICTORIA RODRÍGUEZ

Con ganas y mucha necesidad de relanzar el negocio pero todavía a ralentí. Así se plantean el reinicio algunos hosteleros lucenses, los que se atreven a abrir sus puertas ofreciendo esta semana tan solo comida bajo pedido — bien en su local o a domicilio— y los que, a partir del próximo lunes, si se entra en fase 1, podrán recibir a clientes en sus terrazas al 50 por ciento de su capacidad y con dos metros entre mesa y mesa.

En la decisión de abrir o no, pesan no solo la capacidad para readaptarse a lo que dicta el Gobierno sino que también se tienen en cuenta otros factores como el tamaño del local, si hay personal en Ertes o si están cobrando alguna ayuda estatal por autónomos.

En el caso de la parrillada Botafumeiro, fue determinante a la hora de pensar en reabrir el hecho de que el local del que dispone es lo suficientemente grande como para no tener que hacer reformas y cubrir un número suficiente de clientes que den rentabilidad al negocio aunque haya aforo limitado, como estipula el Gobierno.

“Nós dispoñemos de 500 metros cadrados e podemos distribuír os clientes en tres ou catro plantas. Polo tanto, aínda que haxa un 30 ou un 50 por cento do aforo xa nos chega. O que tamén faremos será incorporar o servizo de levar comida, cun menú do día a 10 euros e tamén á carta, que se poderá recoller no local”, indica Juan Carlos Fernández, el propietario.

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Otra parrillada, la de Abel, también pretende incorporar ya el servicio de pedido de comida a demanda bajo previo encargo el día anterior. “Será necesario avisar vintecatro horas antes e, de momento, non pensamos facer ningunha obra para adaptar o bar ás novas circunstancias. Veremos primeiro como vai ir isto”, comenta Abel Rodríguez, el propietario.

Efrem Branca, del restaurante de cocina italiana Malafemina, pretende abrir mañana con una novedad: la recogida de pedidos y también la entrega de comida a domicilio a través de Uber. “En los tres años que llevamos abiertos, nunca trabajamos con el servicio a domicilio. Es la primera vez que lo hacemos. Por otra parte, el próximo martes también abriremos la terraza, aunque sea con la mitad del aforo. Necesito relanzar el negocio aunque esté yo solo pues el personal está con un Erte. Tendré más trabajo pero, al menos, espero sacar para poder pagar gastos fijos como el alquiler”, explica.

En su caso, tampoco contempla ninguna reforma en su local. Simplemente, instaló una mampara en la zona de recogida de comida y él irá provisto de guantes, mascarilla y pantalla protectora. Para los clientes dispondrá de gel hidroalcohólico para las manos.

Aunque estas medidas higiénicas puedan resultar engorrosas, el mayor problema que va a tener este hostelero será el aprovisionamiento de los productos para preparar sus platos de cocina italiana, muchos de los cuales vienen de ese país. “Algunos productos no llegarán por el cierre de fronteras. Por si fuese poco, también hay empresas proveedoras españolas que tienen sus trabajadores con Erte y que no están atendiendo si no reúnen un porcentaje determinado de hosteleros como clientes”, dice.

Manuel Rodríguez, del restaurante La Perdiz, reabrió el lunes con comida bajo pedido pero no hizo ningún encargo

MOVIMIENTOS. En el restaurante España, se optará solo por la comida para llevar, que se ofrecerá durante el fin de semana. “Tendremos ese servicio los viernes, sábados y domingo al mediodía, con reserva previa. De momento, solo haremos eso y no nos meteremos a obras porque no tenemos claro lo que vamos a poner”, indica Héctor López, cocinero y propietario.

Donde sí están las cosas más decididas —por lo menos, en cuestión de adaptación de local— es en la arrocería Os Cachivaches. Allí se aprovechó estos días para iniciar una reforma pendiente, que se readaptó al coronavirus. “Nuestra idea es la de conseguir que haya más hueco entre las mesas del comedor. Por eso, reformamos la cocina y eliminamos la barra. Pensamos abrir el día 28 e incluiremos el servicio a domicilio”, manifiesta Armando Méndez, uno de los responsables.

Óscar Rubín, del restaurante Antas, comenzó a ofrecer el pasado lunes la recogida de pedidos. Antes, estuvo preparando comida para llevar a casa lo que, según dice, tiene más éxito que ir a recogerla. “Si te la llevan a casa ¿para qué vas a venir?”, se pregunta.

Lo que sí percibió con este servicio es que se incorporó clientela nueva. “El fin de semana es cuando más pedidos hay pero también vino gente nueva, aunque hay menos clientes que antes. Suelen gastar entre 15 y 20 euros por persona”, dice.

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No tiene claro, en cambio, si reabrirá. “Yo tengo diez mesas dentro y me quedo con cinco. Con siete empleados, no me compensa”, piensa.

José Antonio Paredes, de O Xugo, también lo ve negro. En su caso, ofrece reparto a domicilio y recogida. Abrir al público no se lo plantea. “La gente está sin dinero porque alguno aún no cobró el paro. Ahora mismo estamos repartiendo comidas a domicilio a clientes de toda la vida, alguno de ellos dependiente, pero perdemos dinero. Por eso no me planteo abrir con la mitad del aforo porque hay unos gastos de luz que no voy a dar amortizado. Quizás monte una terraza pero con ese aforo tampoco me compensaría”, dice.

Manuel Rodríguez, del restaurante La Perdiz, reabrió el lunes con comida bajo pedido pero no hizo ningún encargo. “Decidín aproveitar sobre todo de cara á fin de semana, pero non chamou ninguén. Tratarei tamén de sacar parte das mesas e cadeiras. Non creo que me compense pero algo máis que pechado, dará”, afirma.

CONCELLO. Por su parte, el Ayuntamiento estudia ampliar el impago de las tasas municipales por las terrazas hasta que se recupere cierta normalidad. También se plantea poder ampliar las superficies exteriores de los locales.

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Los hosteleros de la provincia hablan en general de las dudas que genera la vuelta a la actividad en el sector, por lo que, de entrada, no se deciden a modificar sus locales. Un ejemplo está en A Mariña, donde nadie quiere afrontar ninguna obra en sus establecimientos porque consideran que no está claro qué es exactamente lo que tienen que hacer, qué tendrían que instalar ni de qué forma se tendría que trabajar con esos elementos.

Juan Edrosa, del Náutico Ribadeo, no tiene claro qué tendría que hacer pero, en principio, descarta meterse a realizar obras de ningún tipo. “Imos poñer medidas de tipo hixiénico como dotarnos de xeles hidroalcohólicos e outras medidas similares, pero non modificar o local”, apunta.

En la misma línea se manifiesta Juan López, del hotel y restaurante O Cabazo de Ribadeo, que recuerda con amargura cuando durante un año estuvo en vigor una ley que obligaba a establecimientos con una superficie importante a habilitar un espacio para fumadores. “Fixemos un investimento moi importante e resulta que ó ano seguinte saen dicindo que quedaba prohibido fumar en todos os locais. Foi diñeiro tirado, e teño medo a que iso nos volva pasar agora”, dice.

En Viveiro, el presidente de la asociación de hosteleros de Covas, Domingo González, dueño de tres locales, asegura que no conoce a nadie que vaya a abrir ya sus terrazas, sino que la mayoría optan por esperar a la fase dos, cuando ya se podría acceder al interior de los establecimientos. “É economicamente inviable abrir ao 50% unha terraza porque se non fai bo tempo estará vacía. A xente de momento ten medo, arrancar un local de hostalaría é moi custoso”, reseña.

En Viveiro hay sin embargo quien sí tiene pensado abrir, como el restaurante Louzao de Area, donde por la amplitud de sus terrazas “non habería ningún problema” para guardar las distancias de seguridad, según explica su gerente, Jesús Louzao, quien dice que espera que se conozca pronto la publicación oficial de la normativa que regirá.

A CHAIRA. Chito Corbelle, responsable de sendos negocios en Vilalba y Guitiriz, considera que “na primeira fase ninguén se vai animar a abrir coas terrazas, porque poden funcionar co turismo, pero non nos bares de diario, de clientes habituais” y de momento tiene claro que al menos hasta el 8 de junio no abrirá el Xoldra de Guitiriz y que el Vilalba volverá a la actividad aún más tarde.

Lo que sí ya está estudiando las medidas a adoptar, como señalización, dispensadores de gel o formación para los empleados para la prevención del Covid-19, al igual que en restaurantes vilalbeses como Mesón do Campo o Lar Os Píos, donde sus responsables ya avanzaron que no instalarán mamparas, sino que reorganizarán el espacio y las mesas y trabajarán con reserva previa.

COORDINADOS. En Chantada, varios hosteleros conforman un grupo de WhatsApp para enviar medidas y propuestas al Ayuntamiento con el fin de ayudar al sector a adaptarse lo máximo posible a la pandemia. Uno de ellos es José Antonio Neira, responsable de la vinoteca Mar y Bellota. “Vemos fundamental que o Concello nos permita ampliar as terrazas e elimine as taxas. Así llo transmitimos a través da asociación de empresarios”, dijo.

​También en Sarria están con incertidumbre de cómo será esa reapertura y en contacto con el Concello, que les ofreció desinfección con ozono y ampliación de terrazas, comenta Marcos Rodríguez Rivas, quien aboga por crear una asociación de hosteleros para mayor coordinación

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