Hostelería y comercio lucense critican con dureza la desescalada

Cheché Real llama a un cierre patronal por los efectos económicos que tendrá abrir al 30 y 50% de su capacidad con todo el personal
Un hostelero de Campo Castelo revisando la terraza. XESÚS PONTE
photo_camera Un hostelero de Campo Castelo revisando la terraza. XESÚS PONTE

“Muchos negocios de comercio y de hostelería y turismo no podrán abrir con esas condiciones porque es inviable económicamente”. El secretario general de la Confederación de Empresarios de Lugo (CEL), Jaime López, resumía así este miércoles el malestar de estos dos sectores con el proceso de desescalada diseñado por el Gobierno en cuatro fases y ocho semanas.

Ese malestar contra el llamado plan para la transición hacia una nueva normalidad es tal que el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería, Cheché Real, hacía este miércoles un llamamiento al sector para que secunde un cierre patronal, como ya se está promoviendo a nivel nacional. Medida de protesta a la que anima a que se sumen sus proveedores de alimentación.

“Es un despropósito. Estamos absolutamente indignados. Es una verdadera barbaridad. Solo nos queda una esperanza, que a lo largo de esta semana se amplíen unas medidas y se retiren otras”, afirmaba Cheché Real.

Esta asociación exigía que el proceso de desescalada fuera acompañado de medidas laborales, fiscales y sanitarias para evitar el cierre de establecimientos.

Jaime López: "Muchos negocios de Lugo no podrán abrir con esas condiciones porque es inviable económicamente"

Desde el otro principal sector afectado, el comercio, el presidente de las federaciones lucense y gallega, José María Seijas, aseguraba que este plan “genera aún más confusión, cuando los días pasan, los ingresos siguen a cero y los gastos suman”.

Esa lluvia de críticas desde hostelería y turismo y desde comercio se centran sobre todo en que los empresarios entienden que, conforme a la información facilitada hasta ahora, tendrán que incorporar a toda la plantilla, pese a que durante al menos ocho semanas, en el mejor de los escenarios posibles, solo podrán abrir con un aforo de entre el 30 y el 50%.

ERTES FLEXIBLES. La CEL y las asociaciones de los sectores que más restricciones sufrirán para la vuelta a la normalidad exigían al Gobierno que “flexibilice” los expedientes de regulación temporal de empleo (Ertes) que han presentado, tanto en su duración como en su aplicación, para que las empresas puedan incorporar a los trabajadores en función de lo que requiera su actividad.

El próximo lunes, según el plan dado a conocer por el presidente Pedro Sánchez, podrán abrir los restaurantes y bares para preparar comida para recoger en el local y los comercios con cita previa.

José María Seijas: "Genera aún más confusión, cuando los días pasan, los ingresos siguen a cero y los gastos suman"

Marta López, que preside la Asociación de Autónomas de Lugo, destacaba de este plan que por fin los comerciantes tienen “fecha” de reapertura, aunque precisaba que “todo es variable e impredecible”. Considera que “la vuelta va a ser muy complicada y lo principal es la seguridad”.

Precisamente José María Seijas reiteraba este miércoles que antes de que se produzca esa reapertura sería preciso que el Gobierno elaborase un plan con las medidas detalladas de seguridad y prevención que tienen que adoptar los comercios para reabrir. Además, se mostraba escéptico sobre las ventas que se puedan cerrar con cita previa.

El presidente de la sectorial de hostelería coincidía en demandar un protocolo de salud e higiene “con las medidas coherentes y participativas con el sector” que tienen que adoptar. “No es cuestión solo de que nos dejen abrir las puertas, sino también de que le garanticemos una seguridad al cliente para que venga”, añadía.

HOTELES Y TERRAZAS. El 11 de mayo, en la fase 1, los establecimientos de hostelería podrán abrir sus terrazas, con un 30% de aforo; los hoteles, sin uso de las zonas comunes, y los comercios, también al 30% de su capacidad.

Cheché Real: "Es un despropósito. Estamos absolutamente indignados. Es una verdadera barbaridad"

El gerente del Hotel Santiago, Héctor Castro, que se muestra optimista de cara al verano porque Lugo es un destino “de cercanía y de última hora”, sin embargo explicaba que duda si reabrir o no en esta temporada que es propicia. “Ya perdimos Semana Santa. Tuve que hacer 200 cancelaciones de reservas. Mayo y junio suelen ser meses muy buenos, sobre todo de grupos”, indicaba.

Cheché Real, que se preguntaba para qué van a abrir los hoteles si solo se permite el movimiento dentro de la provincia, hizo un llamamiento a los ayuntamientos para que permitan ampliar la superficie de las terrazas y que no les cobren la licencia.

El gobierno del Concello de Lugo, que ya anunció hace semanas que no cobrará los meses en los que las terrazas estén inactivas, aseguraba este miércoles que “estudiará caso a caso” las solicitudes de ampliación de estas para comprobar que se ajustan a las directrices pautadas por el Gobierno.

En la fase 2, a partir del 25 de mayo, los comercios podrán abrir al 40% y los restaurantes y bares a un tercio de su aforo, pero solo sentados. En la 3, el 8 de junio, al 50% ambos —se admite de pie— y discotecas y pubs a un tercio.

Marta López: "La vuelta va a ser muy complicada y lo principal es la seguridad. Esta me preocupa bastante"

El dueño del restaurante Paprica, Álvaro Villasante, abogaba por no quedarse de brazos cruzados a la espera de las ayudas públicas, sino “reiventarse e buscar alternativas que estean nas nosas mans, como o cambio de hábitos”. Así propone, por ejemplo, un turno de comida a la una del mediodía, en el que se ofrezca “un detalle” a los clientes.

OCIO NOCTURNO. Juan Rogero, que está al frente de cuatro pubs en la capital lucense, con medio centenar de empleados, se mostraba este miércoles partidario de “esperar un mes más y abrir al 100%, en vez de hacerlo al 30% con toda la plantilla”, lo que, a su juicio es “inviable económicamente” para los negocios. Augura además que, como no cuadran las cuentas, se corre el riesgo de que se produzca “picaresca” para cumplir el aforo.