Los hospitales de Lugo están en alerta máxima ante una subida pronunciada y rápida de casos

Se preparan para, como mínimo, tres semanas de elevado número de nuevos positivos y un aumento significativo de ingresos
Entrada del servicio de urgencias del Hula. XESÚS PONTE
photo_camera Entrada del servicio de urgencias del Hula. XESÚS PONTE

Lugo está mejor que otras áreas sanitarias y la capital, sustancialmente mejor que otras ciudades gallegas, pese a lo que también está inmersa en una tercera ola clara y preocupante. El director asistencial del área, Rafael Monte, reconoció ayer que los hospitales estarán "en alerta máxima", como mínimo, las próximas tres semanas y que se preparan para que el aumento pronunciado y rápido de los nuevos casos que se está percibiendo en la población general se vea reflejado pronto en un incremento significativo de los ingresos.

Su previsión es que a finales de esta semana se puedan empezar a notar los efectos de las medidas de restricción impuestas por la Xunta, pero esto implicaría que el número de casos nuevos se estabilizaría y dejaría, como está ocurriendo en los últimos días, de ser mayor cada vez (este miércoles 104). Se llegaría entonces a una meseta; es decir, seguirían diagnosticándose muchos nuevos positivos a diario, pero no más que el día anterior y aún más que el previo. La bajada aún tardará en llegar. "Por nuestra experiencia previa, observamos que se necesitan al menos tres semanas para que las restricciones tengan como efecto un descenso de nuevos casos", explica.

Monte dice que es "capital impedir a toda costa" brotes en los centros e insta a evitar visitas y a hacer solo acompañamientos imprescindibles

Es decir, no sucedería hasta mediados de febrero y, además, hay que tener en cuenta que una bajada de la transmisión no tiene un inmediato reflejo en la presión hospitalaria. Los ingresos por covid de los pacientes más graves tardan semanas en resolverse. Si tienen que estar en Uci, pueden ser meses. "La situación es preocupante", admite Monte.

Por el momento —con 37 hospitalizados en la provincia este miércoles (19 en el Hula, 16 en Burela y 2 en Monforte) y 8 en la Uci— el director asistencial entiende que la situación en los hospitales del área es "de estabilidad". "Tenemos capacidad para atender a pacientes ingresados por covid", dice. En realidad, ni siquiera la planta de infecciosas del Hula, destinada ahora a covid, está todavía completa y tampoco la Uci. De hecho, hay más pacientes en la unidad de críticos de no covid, que alberga a pacientes con problemas cardiológicos o cardiovasculares, en gran medida.

La previsión es que la curva deje de crecer a finales de esta semana pero se estima que no empezará a bajar hasta mediados de febrero

La situación de alerta no es, por tanto, por lo que hay ahora sino por lo que vendrá y porque además lo hará rápido. "El Hula no está todavía en los niveles de noviembre", admite Monte, aunque reconoce también que el ritmo al que aumentan los nuevos casos es mayor ahora que en la segunda ola. El hospital más "tensionado" es el de A Mariña, a causa de la situación epidemiológica en la comarca, y es el único que ha tenido que suspender alguna actividad.

Viendo la situación de los centros hospitalarios del resto de provincias gallegas, Monte explica que "si queremos intentar evitar que a nosotros nos pase algo así tenemos que tomar medidas esta semana, sin esperar". Entre ellas cita el refuerzo de cribados poblacionales en los lugares donde se percibe incremento de casos pero también trabajar para blindar los hospitales frente a los brotes. "Más que nunca es absolutamente capital atender a las recomendaciones sobre acompañamientos dentro de los hospitales. Debemos impedir a toda costa que se produzcan brotes dentro de los hospitales, importados por familiares o acompañantes, que complicaría más la situación de lo que ya esperamos", apuntó Monte, que pidió "por favor a la población que se abstenga de realizar visitas en los hospitales" y recordó que los acompañamientos deben estar restringidos a una persona por enfermo y hacerse solo cuando sea imprescindible, tanto en planta de hospitalización como en consultas externas.

El objetivo es, además de contener la presión asistencial, seguir con la actividad ordinaria tanto en cirugías como consultas

El objetivo no es solo intentar que la presión asistencial no se dispare y que los hospitales puedan atender sin ahogos los nuevos ingresos, sino que se mantenga toda la actividad ordinaria a lo largo de la tercera ola. Por el momento, tanto el Hula como el centro monfortino siguen haciendo cirugías y teniendo consultas externas con absoluta normalidad, pero el director asistencial insiste que para seguir así es necesario impedir "brotes importados" en el hospital.

Entre las ventajas con las que se juega en esta tercera ola figura una mayor capacidad diagnóstica. Aumentan los casos pero también se detectan más que nunca. Por ejemplo, en el área lucense se hicieron en los últimos 7 días 1.750 tests de antígenos, que se usan en Primaria y Urgencias para la detección de covid en asintomáticos y que se suman al habitual diagnóstico por PCR.

Además, esta nueva onda epidémica sucede en plena campaña de vacunación. Para finales de mes estarán inmunizados (algo que sucede unos 10 días después de la segunda dosis) la mayoría de los 7.500 usuarios y trabajadores de las residencias de la tercera edad de la provincia.