Lugo acoge hijas de oriente y de occidente

Las primeras niñas chinas que llegaron a España rondan los 20 años. Los mismos que cumple uno de los reportajes que causó más impacto en televisión: el que describía la vida de los orfanatos, donde la política del hijo único había llenado de niñas estas instituciones
Sara-Han, con su madre Carmen al lado, fue una de las primeras niñas chinas en ser adoptada en Lugo
photo_camera Sara-Han, con su madre Carmen al lado, fue una de las primeras niñas chinas en ser adoptada en Lugo

Sus ojos delatan sus orígenes pero ellas son tan lucenses como si hubiesen nacido aquí. Llegadas con pocos meses, las niñas chinas adoptadas en los últimos veinte años se adaptaron a la perfección a otra tierra y cultura muy distinta de la que las vio nacer. Las nuevas familias, pese a la distancia física, histórica y cultural de sus orígenes, se convirtieron en sus verdaderas raíces. Lo dice bien claro una de estas madres lucenses, Susana López Ventosa, que adoptó a una niña china, Catalina, cuando ya tenía otras dos hijas propias: "La palabra adopción no me gusta. A mí solo me faltó tenerla en la barriguita. Para mí, es otra hija más".

La historia de estas niñas en España comenzó hace solo veinte años. En 1995, Televisión Española batió récords de audiencia con un impactante reportaje difundido en el programa Documentos TV. Llevaba por título ‘Las habitaciones de la muerte’ y describía las condiciones en las que vivían muchas de estas niñas, dejadas a su suerte en orfanatos por sus propias familias que, a la vez, se veían obligadas a tomar tal determinación ante la política del Gobierno de su país, instaurada en 1979, que pretendía controlar la natalidad con la Ley del Hijo Único. El deseo de muchas familias pobres de tener un varón -dado que calculaban que resultaba menos caro que una hija- llevó a muchas niñas a los orfanatos.

La difusión de ese reportaje en televisión provocó una revolución en la demografía de adopciones a nivel mundial ya que reportajes como el que emitió Televisión Española también fueron difundidos en otros canales extranjeros. El dramatismo de aquellas imágenes despertó la solidaridad de la gente y, sin pretenderlo inicialmente, convirtió a España en el segundo país del mundo con más adopciones de niñas chinas, proceso que fue, incluso, fomentado por el Gobierno de este país, que llegó a tramitar los procesos de adopción en nueve meses.

Esta política cambió hace dos años, cuando el Gobierno chino decidió permitir que las parejas sin hermanos pudiesen tener dos hijos y no solo uno. Paralelamente, los trámites de adopciones se ralentizaron hasta el extremo de que los nueve meses se convirtieron, ahora mismo, en ocho años de espera.

Lugo. Las familias lucenses no permanecieron ajenas a este proceso. Las adopciones internacionales recibieron un fuerte impulso, frente a las nacionales, en los últimos quince años. De hecho, la Xunta contabilizó, desde 2000, 247 expedientes de adopciones de niños extranjeros en Lugo.

De estos 247 expedientes, 72 eran de niñas chinas (un 29 por ciento). El máximo volumen de adopciones se produjo en 2005, año en el que se registraron 21; le siguieron los años 2004, con 12, y 2006, con 11. A partir de esa fecha, el número de adopciones en Lugo, procedentes de ese país asiático, fueron bajando poco a poco. En 2014, solo fueron adoptadas 4 niñas.

Por nacionalidades, en los últimos quince años, las más numerosas fueron las adopciones de niños etíopes (818 en Galicia); en segundo lugar, están las de niñas chinas (677, en toda la comunidad), y las de Colombia (319). El pico de la ola de las adopciones internacionales en Galicia fue en el año 2006, cuando hubo un total de 332.

Edades. Muchas de las familias lucenses que acabaron adoptando una niña china vieron también ese documental. Sin embargo, y pese a haber quedado impactadas por aquellas imágenes, estos padres adoptivos aseguran que los motivos que los llevaron a recorrer miles de kilómetros en busca de una hija con rasgos orientales fueron otros totalmente ajenos al contenido de este reportaje. Motivos personales, en la gran mayoría de los casos, que, unidos a la facilidad y rapidez con las que se hacían los trámites de adopción, contribuyeron a dar, en muchos casos, el paso definitivo.

Por esa razón, las primeras niñas chinas que llegaron a Lugo todavía no cumplieron la mayoría de edad, aunque algunas la rondan. Las más mayores -de las que tenga conocimiento la asociación Cheng Bao- andan por los 15 años.

La mayoría, tal y como describen las estadísticas, tienen entre 10 y 12 años, coincidiendo con la mayor avalancha de adopciones de niñas chinas en Lugo.

En los últimos quince años, hubo 72 adopciones de niñas chinas en Lugo, el 29 por ciento de las adopciones extranjeras