Una herramienta para el cáncer

El Hula recibe fondos de la Xunta para desarrollar un modelo que pueda predecir en qué paciente con cáncer de mama her2 positivo es eficaz el tratamiento previo a la cirugía
Cristina Núñez, coordinadora del laboratorio de nanoproteómica. EP
photo_camera Cristina Núñez, coordinadora del laboratorio de nanoproteómica. EP

Un proyecto del laboratorio de nanoproetómica del Hula, que coordina Cristina Núñez, acaba de recibir 40.000 euros de la Xunta, dentro de su programa de proyectos de excelencia para establecer unidades de investigación competitiva. La investigación tiene como objetivo desarrollar una herramienta que pueda predecir a qué pacientes con cáncer de mama her2 positivo les resultará eficaz el tratamiento neoadyuvante, que es aquel que se administra antes de la cirugía.

Núñez explica que para este modelo "se utilizarán distintas técnicas multiómicas y de inteligencia artificial" y se implicarán los servicios de Oncología, Radiología, Anatomía Patológica, además de la Universidad de A Coruña y el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (Idis) y Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (Ciberer).

Entre el 15% y el 20% del conjunto de cánceres de mama son her2 positivo para los que existen terapias dirigidas

Se creará una herramienta que se alimentará con información como resonancias magnéticas de las pacientes, muestras de tejido, y análisis del suero sanguíneo. El objetivo es formarla para que, con el tiempo, pueda decir si el tratamiento que reciben antes de ser operadas va a ser eficaz o no.

El her2 positivo supone, según el oncólogo del Hula Ignacio Fernández Sobrado, entre el 15 y el 20% de los casos de cáncer de mama. Antes de la cirugía se les suele administrar a las pacientes inicialmente quimioterapia y, acto seguido, quimioterapia en combinación con dos anticuerpos monoclonales. En más de la mitad de casos, gracias a esas terapias dirigidas se obtiene lo que se llama una respuesta patológica completa: el tumor desaparece, deja de verse en la resonancia.

Eso no evita que las pacientes tengan que ser operadas porque es necesario comprobar que no hay células cancerosas en el lugar en el que se encontraba el tumor, pero sí que mejora el pronóstico. Sin embargo, hay otro grupo de pacientes en las que no se obtiene ese resultado y hasta el momento no se sabe cuáles responderán bien y cuáles no.

El modelo que se pretende desarrollar desde el Hula aspira a dar respuesta a esa pregunta. Sin embargo, que llegue a buen puerto no implicará inicialmente que se prescinda de ese tratamiento. Se seguirá administrando igual mientras no aparezca otra alternativa terapéutica, según explicó el doctor Fernández Sobrado, pero reconoció que sería "un primer paso muy importante" saber quién tiene una buena respuesta y qué pacientes no. En el futuro sí que puede suponer cambios en su prescripción o duración.

El 50% de esos tumores desaparece después del tratamiento que se da antes de la cirugía

La investigadora Cristina Núñez destacó la importancia que la ayuda pública a este proyecto tendrá tanto para este como para otros que lleva adelante el laboratorio.

Por otra parte, ella ha recibido una prolongación de su contrato Miguel Servet I, con un Miguel Servet II, que asegura su actividad en el Hula hasta 2026. Los fondos adscritos a ese contrato suponen el grueso de aquellos con los que funciona el laboratorio, que también cuenta con otros privados. Entre las líneas de investigación se encuentra crear una técnica de diagnóstico no invasiva para el cáncer de mama a través de biopsia líquida o técnicas predictivas para optimizar la administración de inmunoterapia en pacientes con cáncer de vejiga y pulmón.