El 9 de octubre de 2006 El Progreso informaba de que un joven de 15 años, vecino de Lugo, había resultado prácticamente ileso tras caerse desde el adarve de la muralla e ir a parar al fondo de la excavación arqueológica situada junto al edificio del Vicerrectorado de Lugo, en la Praza Pío XII, frente a la catedral.
Es un suceso que este miércoles 3 de noviembre de 2021 se recuerda en la ciudad tras la noticia de que un joven ha sido detenido por arrojar a una mujer desde la muralla y abandonarla.
Volviendo al 2006, según las primeras investigaciones, el joven habría recibido un empujón de otro chaval, de 16 años, que se encontraba con él en el adarve hacia las 00.25 horas, y se precipitó desde una altura aproximada de ocho metros.
Al lugar del suceso acudió la Policía Local, que, ante la imposibilidad de llegar hasta donde había quedado tendido el herido, avisó a los Bomberos. Éstos retiraron parte del vallado que cerraban los restos arqueológicos y rescataron al joven, que fue trasladado a Urgencias del Xeral por una ambulancia del 061.
Pese a lo espectacular de la caída y a que todos los indicios apuntaban a que las heridas podían haber sido graves, en Urgencias sólo apreciaron unas cuantas contusiones, por lo que el joven fue dado de alta a primera hora de la mañana.
Respecto a las causas de la caída, testigos presenciales indicaron a la Policía Local que se debió a un empujón propinado por otro joven que compartía fiesta con el herido en el adarve. De hecho, este joven fue identificado, junto con otros dos chavales.
Los tres tenían 16 años y eran vecinos de Lugo. El empujón pudo haberse desencadenado por una pelea o por un simple hecho fortuito, ya que a esas horas eran cientos los jóvenes que disfrutaban del San Froilán en esa zona del adarve.
