"Hai que traballar a nivel emocional cos nenos para a volta á escola"

La psicóloga clínica Marta Barrios es uno de los miembros del equipo de orientación específico de Lugo
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photo_camera Marta Barrios. EP

Esta docente es uno de los 8 técnicos del EOE de Lugo que dan apoyo a los departamentos de orientación de todos los centros educativos de la provincia. En su caso se encarga de trastornos de conducta. Ahora lo compatibiliza con el comité de expertos.

¿Cuál es el cometido de ese comité para el próximo curso?

Se pretende la elaboración de un plan que abarque acciones que preparen a nivel emocional a la comunidad educativa (profesorado, padres y alumnos) para afrontar esta situación de crisis sanitaria desde tres ámbitos fundamentales: la formación, la práctica educativa y la intervención más específica para situaciones de más vulnerabilidad y riesgo. De ahí que esté formado por múltiples profesionales, tanto del ámbito educativo como sanitario.

En el mejor escenario posible, si no hay rebrote, los niños no volverán al colegio hasta septiembre. ¿Cómo les puede pasar factura este semestre insólito?

Los niños han tenido que hacer muchas adaptaciones en su esquema de vida y además de una forma abrupta y repentina sin tiempo para prepararse. Aunque es verdad que tienen un capacidad de adaptación grande y son muy flexibles mentalmente, también son inmaduros en cuanto a gestión de emociones porque se están desarrollando todavía. Tienen dificultades para manejar la frustración y canalizar emociones negativas y no podemos hacerles sentir culpables por ello. Nuestros hijos y alumnos están en un periodo de evolución y crecimiento donde los factores de socialización y escolares juegan un papel importante para garantizar un desarrollo armónico de su personalidad, por lo tanto si esto está alterado, su desarrollo también se ve comprometido, lo que no quiere decir que tengan secuelas irremediables, pero sí transitorias, de ahí la necesidad de atender a su bienestar.

"Su desarrollo se ve comprometido, lo que no quiere decir que tengan secuelas irremediables, pero sí transitorias"

¿Cómo se les puede ayudar?

Es fundamental ayudarles a legitimar y gestionar las emociones para favorecer la adaptación a esta realidad. La ruptura con su estilo de vida implica la vivencia con más intensidad de emociones negativas, como miedo, inseguridad, incertidumbre, preocupación por la muerte..., que lógicamente les pasa factura. Tampoco saben cuándo van a volver a su vida normal ni de qué manera y nadie se lo puede asegurar ni anticipar, lo que supone un estrés añadido.

La vuelta al colegio será diferente, con medidas de protección, distanciamiento... Incluso se ha llegado a hablar de que será con la mitad de alumnos. ¿Cómo afectará a los escolares esa realidad inédita?

No sabemos aún cómo va a ser esta vuelta. Es importante estar atentos a las pautas de las autoridades sanitarias, en primer lugar, y de las educativas. En esa vuelta estamos trabajando no solo en esta comisión, también desde todos los ámbitos educativos: centros, departamentos de orientación, EOE…, siguiendo las indicaciones que desde la Consellería de Educación se van marcando. Lo que sí parece claro es que este septiembre va a ser un septiembre atípico en cuanto al inicio de curso escolar se refiere. En todo caso, los servicios educativos estamos trabajando para garantizar una vuelta lo más satisfactoria posible.

¿Y cómo lo pueden conseguir?

Es importante que los niños nos vean tranquilos e intentar transmitirles unas expectativas realistas de la situación sin caer en dramatismos innecesarios ni hacerles partícipes de problemas de adultos que ellos no están preparados para asimilar. Lo ideal sería intentar encontrar el equilibrio entre lo que sucede y la capacidad de gestión en función de la edad.

¿Qué deberán hacer padres y profesores para preparar esa vuelta?

Indudablemente todos confiamos en que en septiembre podamos retomar en parte, solo en parte, nuestras rutinas perdidas. Pero es importante empezar a trabajar con los alumnos a nivel emocional, ya que la vuelta probablemente no cumpla las expectativas que tenemos. Para minimizar el impacto emocional que puede suponer ese incierto septiembre es importante ser proactivo y trabajar desde la prevención emocional para evitar alteraciones psicoemocionales en un futuro. La empatía, la canalización adecuada de sensaciones y emociones, el buscar aspectos positivos de esta situación, el aumento del tiempo que se pasa en familia —algo muy devaluado en esta generación—, el mejorar la capacidad de resiliencia, es decir de salir adelante en situaciones críticas, son aspectos que van a fortalecer también su desarrollo y su capacidad de afrontarlo.

"Es importante intentar transmitirles a los niños expectativas realistas de la situación sin dramatismos innecesarios"

¿Prevén que se tenga que alternar la enseñanza presencial con la telemática?

Aunque no hay nada concreto ni oficial, ya que son las autoridades sanitarias las que deben establecer las directrices de actuación y un protocolo sanitario ajustado a la realidad escolar, se pueden presentar tres escenarios: uno presencial, otro a distancia y otro mixto.

¿Esa situación puede afectar más a los alumnos de infantil y primaria que a los de secundaria y BAC?

Obviamente los alumnos de menos edad, especialmente los de etapa de educación infantil y primeros cursos de primaria, son mucho más dependientes del adulto a la hora de trabajar telemáticamente y pueden verse más afectados. La vida en las aulas va mucho más allá de transmitir conceptos. La interacción que se produce y la figura del profesor enriquecen mucho a los niños. La trasmisión de valores, la adquisición de herramientas sociales y habilidades se aprenden a través de la interacción y observación de los demás. Los más pequeños están en plena formación y lo van a notar. La formación telemática es menos completa en este sentido, pero habrá que compensarlo con las herramientas de que se disponen. Por otro lado, también preocupan los alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo que son mucho más vulnerables en esta situación. Un alumno de BAC ya tiene otra capacidad de gestión de trabajo y autonomía y posee otras herramientas personales y sociales que evidentemente le van a ayudar.

Además de unos hábitos diferentes en el colegio, los alumnos pueden encontrarse con una realidad distinta en casa, a lo mejor con sus padres en el paro debido a la crisis económica. ¿Cómo les puede afectar en el rendimiento académico?

El rendimiento de los niños está condicionado no solo por factores internos como la motivación, capacidad..., sino también por factores externos y ambientales que influyen en sus emociones. Cualquier situación de estrés familiar grande evidentemente repercute. Los profesores enseguida detectan en las aulas posibles problemas en casa porque los alumnos rápidamente lo acusan. Cuando dotamos al alumnado de recursos emocionales, la gestión de estas situaciones se ve favorecida.

"La distancia física no tiene por qué implicar una distancia social o emocional"

Y en el peor de los escenarios, si los escolares no pueden volver a clase, ¿cómo les puede afectar emocionalmente?

Evidentemente les va a afectar culturalmente. Somos una sociedad muy emocional, en donde las relaciones sociales y la expresión y manifestación de afecto están muy ligadas al contacto físico. Esto va a tener que cambiar y nos va a afectar. Pero insisto en la prevención, en ir preparando a nuestros hijos para que el impacto emocional sea menor, que vayan adquiriendo hábitos sociales nuevos, como mantener las distancias, aprender nuevas formas de manifestar afecto, adquirir hábitos de higiene más rigurosos... La distancia física no tiene por qué implicar una distancia social o emocional. Los niños aprenden rápido y seguro que nos van a sorprender. Pero ellos dejaron las aulas de una forma brusca e inesperada y lo que se van a encontrar va a ser otra realidad muy distinta

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