Un guardia civil de Lugo envía 175 bicicletas a África para personas con pocos recursos

El agente comenzó hace dos años a reunir estos vehículos por toda Galicia con el fin de repararlos y donarlos a los más desfavorecidos ►"Intentaremos mandar otro cargamento en 2022", asegura
José Luis Pereira, el guardia civil de Lugo que reúne bicicletas para donarlas a los más desfavorecidos. EP
photo_camera José Luis Pereira, el guardia civil de Lugo que reúne bicicletas para donarlas a los más desfavorecidos. EP

Más de dos años después de haber comenzado a reunir bicicletas viejas por toda Galicia con ayuda de su familia y de repararlas para volver a ponerlas en uso, con la intención de enviarlas a África, José Luis Pereira, un guardia civil de Tráfico natural de Lalín, que presta servicio en la Comandancia de Lugo, ha logrado "cerrar el círculo".

Confirmó que han llegado ya a Guinea Bisáu, en el mismo contenedor que ha fletado una organización sin ánimo de lucro centrada en el desarrollo local, un total de 175 bicicletas, que serán entregadas a personas con pocos recursos de ese país africano.

"Estamos muy contentos", dijo Pereira a Efe, porque "esto es como cerrar el círculo. Es como cuando planificas un viaje. Hacer planes está bien, pero lo que tu quieres es viajar. Con esto pasa algo similar. Recogimos y reparamos las bicicletas para que llegasen a gente que las necesita y que va a usarlas".

De hecho, reconoció que sigue emocionado por los vídeos que le han llegado de Guinea, de personas que han recibido una bicicleta y que le muestran su agradecimiento. "Aunque sea en francés, esto le levanta el ánimo a cualquiera", reconoció.

Para reunir ese cargamento de bicicletas usadas, José Luis Pereira recorrió prácticamente "todos los municipios de Galicia", desde "O Vicedo hasta Nigrán".

Todo comenzó con el reciclaje de las bicicletas de su propio hijo, porque tenía varias, casi todas en buen uso, y a la familia le daba pena llevarlas "al punto limpio".

Aunque puso un cartel para anunciar que las regalaba, nadie llamó, por lo que, a través de un conocido que trabaja en el ámbito de los proyectos sociales, se puso en contacto una organización sin ánimo de lucro y llegaron a un acuerdo para enviarlas al país africano.

Fue entonces cuando se decidió a dar un paso más, porque empezó a enviarles mensajes a algunos conocidos para ver si "era posible reunir y enviar al menos 20 o 30".

Pasados dos años, después de hacer cada semana unos "quinientos kilómetros para recoger bicicletas usadas" por toda Galicia, logró reunir "más de 400", por lo que tuvo que pedir ayuda, porque ya no tenía donde guardarlas.

Finalmente, le prestaron dos locales, donde las repara con ayuda de su hijo, de 13 años, y de su mujer, dado que ambos están también muy involucrados en este proyecto social.

"Mi hijo tiene trece años. Está en esa edad en la que se pasa de niño a adolescente. Como lo veo a él tan implicado, eso también me anima mucho para seguir adelante con esto. Su interés hace que tenga muchas más ganas de continuar", explicó.

De hecho, su intención es preparar, cuando sea posible, un nuevo cargamento, porque algunas de las bicicletas recogidas y reparadas no pudieron ser enviadas en un contenedor que también transportaba material médico, ropa deportiva y otro tipo de productos de necesidad que escasean en el país africano.

"No podrá ser en 2021", lamentó Pereira, pero "intentaremos mandar otro cargamento en 2022".

Entretanto, recordó que está atendiendo peticiones de diversos ayuntamientos, que llegan a través de los servicios sociales, para entregar bicicletas a niños gallegos de familias con pocos recursos.

"Aunque es muy épico mandar bicicletas al tercer mundo, también es maravilloso ayudar al vecino de al lado", explicó, porque todo el trabajo que supone esta iniciativa y algún que otro contratiempo "queda compensado por la satisfacción que provoca ver la cara de un niño o una niña cuando se la entregas".

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