El servicio de grúa municipal está en precario porque hace semanas que solo dispone de uno de los dos vehículos, por avería, y el lunes venció el contrato con Setex Aparkisa.
La empresa, que había recuperado el contrato en 2020 por un año más otro de prórroga, sigue trabajando porque al ser un servicio público no puede dejar de hacerlo, pero a partir de este mes, y mientras no se saque un nuevo contrato, la alcaldesa tendrá que levantar el reparo de legalidad del interventor municipal para pagar las facturas a la concesionaria.
Setex Aparkisa, que ya había prestado el servicio de grúa en el pasado, lo asumió de nuevo hace dos años tras numerosas vicisitudes. La más grave fue la investigación, con encausados y todavía pendiente de juicio, por el presunto amaño del contrato y de facturas falsas para cobrar comisiones y defraudar por parte de los responsables de Cechalva, la anterior adjudicataria, de un funcionario municipal y del exconcejal Francisco Fernández Liñares, entre otras personas.
Esa situación dio lugar a que Cechalva fuera intervenida judicialmente, lo que motivó retrasos en los pagos a los trabajadores en varias ocasiones, y muchas dificultades para licitar de nuevo el servicio. El contrato con Cechalva caducó en 2015 y el Concello no logró adjudicarlo otra vez, tras un intento fallido, hasta 2020. Previamente hubo mucho debate en el seno de la corporación municipal sobre la conveniencia de remunicipalizar la grúa y finalmente un acuerdo para ello que forzó toda la oposición (incluido el BNG) en el anterior mandato.
Por esa razón, en 2020 se presentó la nueva licitación como una especie de contrato-puente, porque el gobierno local alegaba falta de medios para gestionar el servicio directamente. Esa vuelve a ser la razón por la que ahora, cuando el servicio está en manos del BNG, se vuelve a optar por mantener la grúa en manos de una empresa privada.
El área de movilidad e infraestructuras, que dirige Rubén Arroxo, explicó que el Concello está trabajando para sacar un nuevo contrato.
