El gran incendio de O Ceao evoluciona dos años después hacia una guerra entre aseguradoras

Los empresarios más afectados han podido continuar su actividad, pero algunos no han cobrado indemnizaciones ► La principal compañía ha depositado una cantidad de dinero en el juzgado, pero insuficiente para las reclamaciones
Bomberos trabajando en la extinción del incendio de O Ceao. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Bomberos trabajando en la extinción del incendio de O Ceao. VICTORIA RODRÍGUEZ

Apenas fue una chispa en un enchufe, pero el azar quiso que esa chispa provocara una pequeña llama que, unas horas después, se transformó en el mayor incendio de la historia de Lugo. Aquel 11 de abril de 2021 el polígono industrial de O Ceao fue un pequeño infierno en el que se consumieron varias naves y que por momentos puso en riesgo a muchas otras.

Dos años después, los empresarios más afectados se esfuerzan por olvidar y seguir adelante con sus negocios, algo que por fortuna han conseguido. Pero el incendio todavía sigue quemando etapas: pendiente todavía del probable sobreseimiento de la investigación penal, todo apunta a que se aproxima una guerra entre compañías de seguros con mucho dinero en juego.

Los daños fueron monstruosos. El fuego destrozó por completo la nave donde comenzó, un ala administrativa junto a la fábrica de pinturas de Castro Parga, y se extendió por dos naves de almacenaje de Recambios Frain y una anexa de Recambios al Volante. Por el camino, afectó a otras empresas, si bien en menor medida, e incluso llegó a amenazar una gasolinera. Fueron siete horas de trabajo a destajo de Bomberos y Protección Civil para controlar el incendio.

La investigación sobre el origen fue asumida por expertos llegados de Madrid para colaborar con la Policía Nacional de Lugo. El juzgado de instrucción todavía la mantiene abierta, pese a que los informes forenses determinan que la causa fue un cortocircuito en un enchufe de la nave de Castro Parga. Nada intencionado, por tanto, ni posiblemente negligente. Las partes conocedoras del asunto concuerdan en que el caso será sobreseído en la vía penal.

Pero con toda seguridad no será el final de su camino judicial, porque todo indica que deberán ser los tribunales los que determinen quién paga y cuánto. Sobre todo cuánto, porque la compañía aseguradora de Castro Parga ya ha asumido su responsabilidad y ha depositado en el juzgado una cantidad considerable de dinero para hacer frente a las reclamaciones.

El problema es que dicha cantidad "no alcanza ni para pagar a una de las empresas afectadas", en palabras de una persona conocedora del asunto en profundidad. Y es que la compañía de seguros considera que la póliza de responsabilidad civil que tenía contratada con Castro Parga solo llega hasta el dinero que ha depositado y no quiere hacerse cargo del resto.

Dos posiciones

Recambios al Volante ha llegado a un acuerdo con Frain para venderle el solar afectado por el incendio. XESÚS PONTE
Recambios al Volante ha llegado a un acuerdo con Frain para venderle el solar afectado por el incendio. XESÚS PONTE

Esta postura aboca irremediablemente a un nuevo conflicto judicial, en este caso por la vía civil. En ese conflicto habrá, al menos, dos tipos de actores, además de la aseguradora principal. Unos de esos actores serán, a su vez, compañías aseguradoras, las de las empresas afectadas que ha conseguido cobrar de sus propios seguros. Una vez adelantados los pagos, las compañías tratarán de repercutir el total abonado contra la otra aseguradora o, en su caso, contra quien se determine responsable último.

En esta circunstancia se encuentra, por ejemplo, Recambios Frain, cuyo propietario, Francisco Dorado, contempla la situación con cierto alivio: "Me pagó mi seguro porque yo no tenía la culpa. Ahora que lo solucionen entre ellos", asegura, recordando que también fue dura la negociación con la compañía, porque "en estas cosas siempre se pierde, hay que justificar hasta el último tornillo y te pagan al precio que quiere. Un camión que me costó 50.000 euros me lo pagaron por la matrícula".

Otros actores serán los afectados que no han conseguido ser resarcidos por su propios seguros y tendrán que pleitear con el de Castro Parga. Es el caso de Marta García, copropietaria de Recambios al Volante, que ha podido resistir la situación gracias a que la tienda sigue funcionando a pleno rendimiento. "Los juzgados son una lata", lamenta, "pero no hemos cobrado y vamos a tener que seguir peleando. Quieres seguir avanzado, pero no te dejan, todo son trabas".

Sea como sea, tanto en estos dos casos como en el del resto de los afectados el incendio no ha conseguido consumir sus esperanzas ni su futuro.

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