Los bomberos tuvieron que actuar este viernes durante más de cuatro horas para atajar el incendio declarado en una casa habitada en plena Rúa Nova. La gran humareda causada y la actuación de los bomberos un viernes por la tarde en una zona tan transitada causaron gran alarma y expectación entre los vecinos.
El fuego se declaró en el número 37 de la Rúa Nova, una casa antigua de dos plantas y ático en cuyo bajo está situado el bar Eslava, aunque en estos momentos está cerrado. El segundo piso, además, está habitado por un matrimonio joven con un niño, si bien al parecer no había nadie en ese momento en el domicilio.
Los bomberos llegaron al lugar pasados unos minutos de las cinco de la tarde. No obstante, algunos vecinos de la zona aseguraron que ya a la hora de la comida se percibía cierto olor a humo en la zona, sobre todo en los negocios más cercanos.
Sin embargo, no fue hasta que una gran columna de humo negro comenzó a ser visible cuando se dio la voz de alarma. Los bomberos desplazaron hasta el lugar a seis efectivos, un camión y el coche que denominan Ave, que porta una escalera apta para trabajar en este tipo de calles estrechas del centro en las que el vehículo con la autoescalera no cabe.
Según explicó el jefe del operativo, la causa del incendio pudo ser el hollín acumulado en la chimenea, que habría entrado en combustión después de que la noche anterior se encendiese una cocina. Lo más afectado, sin embargo, fue el primer piso, sobre todo la cocina, además del bajo.
Los bomberos solo encontraron llamas en una de las cocinas, pero la temperatura acumulada en la chimenea fue tan alta que tuvieron que perforar varios huecos (en el bajo, el primer piso y el ático) para conseguir enfriarla.
El humo enseguida saltó a las otras viviendas, también la habitada, en la que causó desperfectos en la pintura. Eliminar todo el peligro obligó a los bomberos a un duro trabajo, ya que es un edificio antiguo, con mucha madera, y rodeado de otras casas igualmente muy antiguas.
Los negocios de la zona se vieron afectados también por el incendio, más que nada por el indispensable trabajo de los bomberos, que se prolongó hasta ya entrada la noche. Uno de los más perjudicados fue el próximo restaurante O Castelo, que tuvo que renunciar prácticamente a trabajar la terraza durante toda la tarde.
