Gonzalo Fraga: "En Lucensia hemos publicado más de 800 artículos en los que han participado 300 autores"

Lucensia cumple treinta años cumpliendo con su lema: "Miscelánea de cultura e investigación". Tres décadas dedicadas a Lugo hasta convertirse en una referencia de investigación, y todas con el mismo director: Gonzalo Fraga Vázquez  

Gonzalo Fraga. ARCHIVO
photo_camera Gonzalo Fraga. ARCHIVO

Acaba de salir a la calle el numero 61 de Lucensia. Puntual como desde hace treinta años, cuando la Biblioteca del Seminario Diocesano decidió crear un órgano semestral para difundir su riqueza bibliográfica. Con el tiempo y el trabajo de personas como Gonzalo Fraga, Lucensia ha madura hasta ser un altavoz para investigadores, escritores y eruditos de todo Lugo, que sigue siendo la referencia ineludible para todo lo que se publica. 

Lucensia cumple treinta años. ¿Cómo explicaría qué es a quienes aún no lo saben? 
Lucensia nació en el año 1990. Es una publicación de la Biblioteca del Seminario Diocesano. Ese año se formó un consejo de biblioteca y en una de sus primeras reuniones acordamos publicar una revista con la finalidad de dar a conocer la riqueza de la Biblioteca, que es una de las más importantes de Galicia. De ahí surgió la idea y ahora estamos celebrando los treinta años de sus existencia. 

¿Usted ha estado entonces desde su misma gestación? 
Sí, soy el director desde su fundación. Resistiendo hasta ahora. 

Será casi como un hijo para usted... 
Sí. Y siempre ha sido fiel a sus orígenes, el tratamiento de asuntos relativos a Lugo. Está abierta a todo tipo de temas. Con motivo del número 50 hicimos un balance de la temática y nos salieron más ochenta temas distintos. Con tal de que tengan algo de referencia a Lugo, es admitido a su publicación. 

En todo este tiempo, Lucensia se ha abierto a muchos temas que no tienen nada que ver con el Obispado, la Iglesia o la religión. 
Hay temas de todo tipo, historia, arte, toponimia... Se respeta la voluntad de los autores para escribir en gallego o castellano y nosotros, en el consejo de redacción, vemos si los artículos se conforman con las directrices de la revista. Lo único que pedimos es que los artículos no sean muy extensos, de unas veinte páginas o poco más, para poder dar cabida a un mayor número. En ese sentido, si algo ha cambiado en estos 30 años han sido más bien aspectos técnicos y de diseño, en lo que respecta a su línea ideológica está en las mismas raíces con las que nació. Y una cosa importante, no solo ha tenido muy buena aceptación, sino que para nosotros es una satisfacción dar un cauce de comunicación a mucha gente que ha investigado y publicado ahí el fruto de su trabajo. 

Estamos orgullosos de que en Lucensia participen no solo investigadores veteranos, sino gente joven

¿Cuántos números han publicado? 
La revista es semestral, publica un número a mediados de mayo y otro a mediados de noviembre. Hasta ahora hemos publicado más de 800 artículos en los que han participado más de 300 autores. Nunca ha fallado ningún número y siempre en las mismas fechas, no todas las revistas pueden presumir de la misma regularidad. Lucensia edita unos 800 ejemplares por número; se envía una parte como intercambio con revistas de otras instituciones, otra parte es para suscripciones y otra parte se pone a la venta.

¿Cuál cree que es la clave de esta permanencia y solidez? 
El trabajo y la preocupación del consejo de redacción para que se mantenga la continuidad. Y también la satisfacción de saber que la revista tiene una buena aceptación por los lectores. Y ha ido ganando cada vez más escritores y participantes con sus investigaciones, al principio teníamos que pedir algunos trabajos, pero ahora ya nos llegan de sobra, tenemos esperando de un número para otro para su publicación. Eso demuestra que es conocida y valorada. 

¿Tiene algún tema que se sienta especialmente orgullos de haber publicado en estos años? 
En concreto sería difícil señalar uno, pero estamos orgullosos de que hayan participado algunos autores con sus trabajos, no solo profesores de universidad o investigadores veteranos, sino también gente joven que nos han mandado el fruto de sus investigaciones. La satisfacción no es solo por los trabajos, sino por la participación sus autores. 

Mantener esta regularidad y compromiso en un año como este habrá sido especialmente difícil. 
Sí. Al principio teníamos ayudas de algunas instituciones, pero ahora ya la Diócesis se ha hecho cargo de su publicación.

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