Papeleos: Pendientes del fallo de un juez

Gestación subrogada: El milagro se hizo en Ucrania

En casa de Ana y Manuel, ya no hay tiempo para nada más que para atender a sus hijos mellizos, nacidos hace tres meses en Ucrania gracias a la participación de dos mujeres: la gestante y la donante de un óvulo, fecundado después in vitro por Manuel
Ana y Manuel agarrando las manos de sus hijos, concebidos mediante gestación subrogada
photo_camera Ana y Manuel agarrando las manos de sus hijos, concebidos mediante gestación subrogada

PODRÁN estar agotados pero la sonrisa no se borra de sus caras. Ana y Manuel pusieron punto y final a casi diez años de incertidumbre y angustia con la llegada a sus vidas, vía Ucrania, de sus mellizos, Hugo y Lucía –nombres ficticios como los de sus padres para salvaguardar su intimidad–. 

Estos dos pequeños nacieron el pasado 7 de junio en Kiev y son hijos biológicos de Manuel y de una mujer ucraniana donante de óvulos. El embrión, fecundado in vitro, fue implantado en el vientre de otra mujer, también de ese país, mediante una gestación subrogada. El proceso salió bien y fue rápido: en poco más de un año, Ana y Manuel consiguieron ser padres, lo que llevaban años y años anhelando. En España no lo pudieron hacer porque no está legislada todavía la gestación subrogada. 

Aunque Ana quedó, de momento, al margen de la fecundación y la gestación, iniciará en breve los trámites para poder adoptar a los hijos de su pareja y ser madre de pleno derecho de los dos pequeños, dado que tanto la donante como la gestante renunciaron a los niños. Es algo que parece muy enrevesado pero que es necesario para que ambos, Ana y Manuel, puedan ser, también en los papeles, los padres legales de los niños. 

El proceso de gestación subrogada le costó a esta pareja 53.000 euros y tuvieron que dejar de amortizar dos hipotecas

"Unha cardiopatía conxénita impediume quedar embarazada e ser nai porque o xinecólogo advertiume que, se o facía, estariamos en risco de morte tanto eu como o neno. Entón, non nos quedou outro remedio que buscar outras saídas. Intentamos unha adopción nacional ou internacional e estivemos sete anos en lista de espera. De súpeto, pechou a ECAI, a organización que facía de mediadora no proceso, á que lle pagamos 5.000 euros, e quedamos vinteséis familias galegas colgadas. A solución era buscar outra e reiniciar o o proceso. Ou sexa, íbasenos a espera a quince anos. Foi entón, en marzo de 2015, cando pensamos na posibilidade da xestación subrogada, algo que nos parecía moi difícil e moi caro, para xente rica e famosos como Ricky Martin... pero foi posible, con moitos esforzos económicos, pero posible. De feito, os nenos xa están aquí", dice Ana. 

COSTE. Esta pareja gastó en el proceso 53.000 euros incluyendo todo: viajes, donación y fecundación, agencia, parto y pago a la gestante, que se llevó 23.000 euros. Si la gestación subrogada se hiciese en Estados Unidos, el gasto hubiese sido el doble por el coste superior de los viajes y la sanidad, toda privada, además del nivel de vida del país, mucho más caro que España cuando en Ucrania la moneda está mucho más baja que el euro. 

"Temos bastantes cargas económicas que nos fixeron sopesar moito a decisión pero valeu moito a pena. Se ben o miras, o que nos costou todo supón a metade do que costa un piso e non é comparable en satisfacción persoal ter un piso e ter un fillo ou, neste caso, dous. Así que os cartos que tiñamos que gastar en amortizar dúas hipotecas que tiñamos, investímolos aquí", afirma la pareja. 

"Viaxamos en xullo de 2015 alí e entrevistámonos con dúas mulleres. Todas teñen que ter xa fillos, tanto as donantes de óvulos como as xestantes"

Su consejo es, a partir de ahora, que nadie se quede sin cumplir su voluntad de ser padre por cuestiones económicas. "Existe a opción de Ucrania, onde sae máis barato e hai todas as garantías legais e sanitarias. Nós non tivemos ningún problema e é marabilloso erguerse pola mañá e ver estes sorrisos", dice, en este caso, Manuel. 

Iniciar un proceso de gestación subrogada puede ser arriesgado si la pareja no se informa bien o elige un país donde no haya las suficientes garantías. Por eso, es conveniente ponerse en contacto con colectivos como Son nuestros hijos o la Asociación por la Gestación Subrogada en España. "Nós fomos a unha charla desta última asociación e despois a xunto dunha avogada, que nos dixo que Ucrania era un sitio serio, que se facía con contratos asinados ante un notario e tamén con garantías do que cobraba a xestante e de como a trataban", apuntan estos padres. 

PARTO. Ana y Manuel viajaron a Ucrania para elegir la donante del óvulo –solo por sus características físicas, lo más parecidas posible a las de Ana– y también a la gestante, con la que se entrevistaron previamente para ver su idoneidad. 

"Viaxamos en xullo de 2015 alí e entrevistámonos con dúas mulleres. Todas teñen que ter xa fillos, tanto as donantes de óvulos como as xestantes. A xestante que escollimos pareceunos cercana e díxonos que o facía porque necesitaba os cartos e tamén por axudar a alguén. A nós gustounos e decidimos que fose ela. Fíxose a fecundación in vitro, nun só intento, e en outubro a muller quedaba embarazada", señala Manuel. La gestación transcurrió con normalidad y el parto, por cesárea, se produjo un poco antes de tiempo, a las 37 semanas, dado que los niños pesaban ya 3 kilos cada uno. 

"Houbo que facer cesárea porque o neno viña atravesado. Se non, sería parto natural. En canto naceron e os limparon, xa nolos deron a nós. A emoción que sentimos cando os vimos nacer foi moi grande. Pasamos unha semana chorando os dous! Agora xa nos tratamos, nós e ela, como unha familia e estámoslle superagradecidos polo que fixo por nós. É algo moi grande. Sentímonos moi felices porque, ao final, conseguímolo. Xa están aquí", afirma Ana. 

Comentarios