Gatos con casa puesta en la calle

Michos Lugo tiene ya casi 50 colonias felinas controladas, con animales cuidados y sanos
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photo_camera Colonia felina controlada en la zona de Camiño Verde y Juana la Loca. VICTORIA RODRÍGUEZ

El cartel avisando de Colonia felina controlada, como uno recién aparecido en la zona de Camiño Verde y Juana la Loca, se va haciendo habitual en Lugo. Es fruto de la labor que realiza desde hace tres años Michos Lugo, asociación que tiene en estos momentos cerca de 50 colonias en proceso de control.

Algunas de esas colonias son nuevas, pero en otras se lleva trabajando desde hace tres años y alguna se considera ya incluso cerrada, detalla Elvira Díaz Vizcaíno, de Michos, que subraya que ese trabajo ha permitido, por ejemplo, realizar unas 400 esterilizaciones en los últimos tres años.

Pero ese trabajo para prevenir nuevos nacimientos no es más que una parte de un programa que incide sobre todo en la atención veterinaria y la alimentación adecuada de los gatos.

El programa se desarrolla al amparo de un convenio con el Concello, que aporta 15.000 euros anuales, pero se sustenta sobre todo en el trabajo de voluntarios, que habitualmente también colaboran económicamente.

Se trata de aportaciones importantes, porque son muchos los gatos que se atienden, y eso que no todas las colonias que hay en la ciudad están controladas. Cada año se incorporan unas cinco nuevas al programa y se considera que están cerradas cuando se ha esterilizado al 90 por ciento de los miembros, momento a partir del cual se entiende que se frena la reproducción.

Se estima que hay una media de cinco animales por colonia, apunta Díaz Vizcaíno, pero a veces el número es mayor y en ocasiones el crecimiento se debe a que hay abandonos, que son un problema importante.

Abandonar a un gato está mal, pero hacerlo en una colonia puede empeorar las cosas, pese a lo que creen los dueños que dan ese paso, destaca Díaz Vizcaíno, que recuerda que los gatos son animales territoriales, de modo que hay peleas cuando se dejan en una colonia animales ajenos al grupo. En muchos caso, esos gatos abandonados ahí pueden acabar atropellados, advierte.

Frente a las complicaciones que generan quienes abandonan gatos en la calle, Díaz Vizcaíno destaca la buena acogida ciudadana que tiene la identificación de nuevas colonias controladas, ya que los vecinos saben que a partir de ese momento los animales van a estar cuidados, pero también sometidos a un control sanitario que evita riesgos para todo el entorno. Y es que los animales son alimentados, pero también vacunados y desparasitados. 

Hay siempre un cuidador titular
Para abrir una nueva colonia se necesita siempre que haya un cuidador que ejerza de gestor. Son vecinos que conocen la presencia de grupos de gatos sin atención los que normalmente avisan al Concello o a Michos y permiten que se ponga en marcha el programa de control, que se lleva a cabo siguiendo las directrices del sistema de gestión ética de colonias, dice Díaz Vizcaíno.

Ese sistema exige, para empezar, conocer el estado sanitario de la colonia y el estado fisiológico de los animales que la integran.

El programa de atención incluye cuidados veterinarios, pero también el control de la alimentación, que se basa únicamente en alimentos elaborados para gatos, descartando todo resto de comida para humanos.

Michos cuenta con el apoyo de socios y colaboradores, pero tiene también en marcha un programa de padrinazgo. Los padrinos aportan cinco euros al mes para contribuir al cuidado de los animales, algunos de los cuales necesitan alimentación específica, adaptada a su situación física.