O Garañón, sin plazos ni cuartos

No hay fecha, ni partidas económicas para demoler las torres que afean el entorno del parque Rosalía de Castro ► Tampoco está decidida la solución urbanística para la parcela una vez que se derribe la mole de hormigón armado
El impacto de O Garañón visto desde el barrio de A Ponte. AEP
photo_camera El impacto de O Garañón visto desde el barrio de A Ponte. AEP

Se sabe desde cuándo están paradas las obras de O Garañón, hace ya más de diez años, y desde cuándo pende la amenaza de la piqueta sobre estas descarnadas torres, desde hace más de tres años, pero aún no hay respuesta a cuándo será derribada esta mole de hormigón armado que afea el entorno de uno de los pulmones verdes de la ciudad, el parque Rosalía de Castro.

"Vai levar tempo e diñeiro", afirmaba este jueves un arquitecto lucense, que augura que se tardará "dous ou tres anos, ben a gusto, no mellor dos escenarios de cooperación institucional e administrativa" en que se reponga la legalidad, como ordenaba el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) en un fallo dictado a finales de 2017.

La solución pública que se le dará a esta parcela de propiedad privada también está todavía en el aire, pero, según precisaba este profesional, "seguro que terá menos impacto visual" que la promoción inmobiliaria que ha protagonizado este negro episodio en la historia reciente del urbanismo en la capital lucense.

"Es la isla Toralla 2", afirmaba este jueves otro arquitecto lucense que compara O Garañón con el controvertido edificio de 21 plantas que se yergue frente a la viguesa playa de O Vao.

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Este profesional considera que en la promoción del entorno del parque Rosalía de Castro "se ha hecho todo mal desde el principio". Defiende que se tuvo que apostar por repartir el volumen autorizado a lo largo de la parcela en vez de a lo alto, con "un edificio escalonado, menos agresivo".

UNA LENTA RESPUESTA. Tras tres años desde que el TSXG condenó a las torres de O Garañón a desaparecer, el gobierno local todavía no ha puesto fecha, ni precio a su demolición.

En 2017, cuando el PSOE estaba al frente del Concello de Lugo en solitario, contemplaba una dotación provisional de 300.000 euros para derribarlo. Esa partida aparecía recogida en el proyecto de presupuestos municipales que no consiguió sacar adelante.

Una demolición llevada a cabo recientemente en la ciudad, la del antiguo hospital Xeral, podría servir de ejemplo, según apuntaba otro arquitecto consultado. Este profesional precisaba que el derribo de las torres del Parque será "complicado" por el volumen de construcción y porque su emplazamiento dificulta la utilización de maquinaria.

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A su favor juega frente al viejo centro sanitario del barrio de A Residencia que no tiene amianto, que obliga a una puntillosa labor de derribo, ni tanta variedad de materiales a retirar. En contra de las inacabadas torres está que suponen un mayor volumen.

Si sirve como ejemplo, la demolición mecánica del hospital Xeral se prolongó durante casi los tres meses de verano de 2019, aunque tuvo unos preparativos previos de otros siete y se emplearon dos más para acondicionar posteriormente la parcela. Fue la primera de este tipo que se llevó a cabo en la provincia de Lugo y la segunda en Galicia, tras la de otro hospital, el de Vigo. Su presupuesto superó los 3 millones de euros.

ALTERNATIVAS. Pero antes de que las palas se hagan fuertes en el entorno del Parque, queda el farragoso proceso administrativo para licitar las obras de demolición y, lo que se prevé más complicado, la solución que se le tiene que dar a la parcela una vez que las torres pasen a la historia. El gobierno local dice que ya ha encargado una asistencia técnica para que formule propuestas.

Hay concejales y técnicos en urbanismo que consideran que es preciso modificar el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) en esta unidad de actuación para ofrecer una nueva edificabilidad, con menos volumen, a la propietaria de los terrenos. Esta opción parece más viable por su menor repercusión económica para las arcas municipales que acondicionarlos íntegramente como zona verde.

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La obra, que estaría más próxima a la Ronda da República Argentina, tendría menos impacto visual y de paso se podría reducir esa hipotética indemnización a la que se enfrentaría el Concello de Lugo, pues su importe sería tres o cuatro veces inferior a los 26 millones de euros reclamados por la promotora inmobiliaria, inmersa en un concurso de acreedores.

Otros ediles sostienen que para acometer esta solución bastaría con modificar el plan especial para esa unidad de actuación, sin necesidad de reformar el PXOM, paso este que además requeriría del visto bueno de otra administración, la Xunta de Galicia.

Mientras se busca una solución, esta mole de hormigón armado sigue siendo una tentación para los jóvenes, que suelen realizar escaramuzas para hacerse selfis en el ático o destrozar a palos sus tabiques interiores.

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