As Gándaras, colegio para arriesgar

El anpa critica que ni Xunta ni Concello dan respuesta a las deficiencias y problemas de seguridad que sufren los alumnos en el centro

Una madre salvando las escaleras de acceso al centro. XESÚS PONTE
photo_camera Una madre salvando las escaleras de acceso al centro. XESÚS PONTE

Los niños más pequeños de As Gándaras no pueden jugar en el arenero del colegio porque es el retrete de los gatos del barrio y de algún perro, su patio es un pedregal en el que se descalabran cada vez que se caen y entre los pocos juegos con que cuentan hay un balancín roto y un columpio que no se puede usar porque es demasiado alto y nadie puede garantizar la seguridad de niños tan pequeños a esa altura.

Ese rosario de quejas lo llevan repitiendo los padres siete años ante el Concello y la Xunta y ni siquiera han tenido respuesta a sus escritos, se lamentan en el anpa.

Los problemas del patio de los niños de tres a seis años son solo una parte de los que arrastra el colegio, donde la primera barrera está en la accesibilidad.

Los padres tienen que hacer gala de maña y fuerza para sortear con los carritos las escaleras de acceso al centro y, para llegar hasta ahí, primero tienen que salvar los peligros que supone el tráfico en una zona en la que no hay acera y los arcenes son ocupados por coches y autobuses.

"No queda otra que ir caminando con los niños por la calzada", explica Teresa Vázquez Redondo, del anpa. Se lamenta de que, año tras año, el Concello alega que no se pueden hacer aceras porque habría que actuar sobre una finca cuyo dueño es desconocido. "Se ve que solo saben dar largas, que no hay capacidad de resolución para arreglar un problema que afecta a la seguridad de los niños", se lamenta.

La falta de acera en el entorno es un problema que afecta a varios colegios de Lugo, pero en As Gándaras se da el agravante de que con frecuencia se registran excesos de velocidad en el entorno.

Los obstáculos no se acaban en la calle. Los escalones de acceso al pabellón tienen una altura imposible para los niños más pequeños, por lo que siempre está presente el riesgo de accidente, se lamentan en el anpa.

Pero no hay hándicaps solo para los más pequeños. Los mayores no tienen tampoco muchas opciones de jugar. Las canastas, ruinosas, no tienen ni aro, y las porterías están sin red. Los padres y el colegio han pintado unos juegos en el suelo para compensar algo.

Comentarios