El gallinero de San Antonio ya ofrece huevos para los más necesitados

La parroquia tiene 13 gallinas y recibirá otros cuatro ejemplares más y varias kikas

Primero, fueron las patatas y ahora, son los huevos. El cura de San Antonio, Alberto Leiva Torreiro, sigue imprimiendo en sus feligreses sus orígenes agrícolas mediante distintos proyectos con el objetivo final de conseguir alimentos producidos por ellos mismos que engrosen el reparto de comida entre los más desfavorecidos. Así que, de nuevo, el cura volvió a As Saamasas para poner en marcha esta vez el proyecto Me cuesta un huevo, un gallinero al aire libre que dote de huevos a la parroquia y que, a la vez, sirva para visibilizar este tipo de acciones solidarias en las que se implican directamente muchos de los feligreses.

"Non queremos facer un negocio con isto. Os ovos que se produzan serán levados á parroquia e estarán a disposición de quen queira levalos a cambio dun donativo. Os que nos sobren distribuirémolos en Cáritas para os máis necesitados da parroquia. Por outra banda, os ovos serán etiquetados. Con iso pretendemos dar a coñecer estas iniciativas a través das etiquetas porque é difícil chegar á xente. De aí o nome do proxecto, Me cuesta un huevo", explica Alberto Leiva.

El proyecto 'Me Cuesta un huevo' pretende contribuir en el reparto de alimentos entre los necesitados y dar visibilidad a estas acciones

El gallinero acaba de echar a andar hace una semana y no pudo ser con mejor pie. Las trece gallinas que viven a sus anchas –al aire libre y en una finca cerrada al lado de la que se dedica a patatas– fueron aportadas por voluntarios que se pusieron en contacto con la parroquia a través de la web de Facebook con el mismo nombre del proyecto, Me cuesta un huevo. "Contabamos chegar a ter entre quince e vinte pitas e xa temos trece, estamos á espera de catro máis e tamén nos dixeron que nos mandarían unhas kikas de Guntín. E, por agora, xa temos media ducia de ovos!", comenta el cura, todo orgulloso.

En el proyecto, trabajan tres voluntarios además del párroco, que también va todos los días al gallinero. "Estivemos limpando os pendellos e facendo os poñedeiros pero hai que ir todos os días a abrirlles e pecharlles", dice el cura.

PATATAS. La parroquia de San Antonio recogió este año, por otra parte, una cosecha de ocho toneladas de patatas, que fueron recogidas también por el cura con la ayuda de algunos voluntarios.

"Recollimos 200 sacos de patacas. Cada un deles de 40 quilos. Foi moito traballo e algúns estasmo un pouco resentidos fisicamente porque non estamos afeitos a estas tarefas pero o importante é que moitos destes sacos xa están repartidos e aínda quedan patacas para todos", afirma Alberto Leiva.

Comentarios