"Fue muy importante decir quién era y no vivir en la mentira que fui creando"

Álex Abelleira lleva dos años con tratamiento hormonal de testosterona, en un mes irá a la consulta de Cirugía para tratar de hacerse una mastectomía y ser, quizá, el primer transexual tratado en el Hula
Álex Abelleira Arias.
photo_camera Álex Abelleira Arias.

Álex Abelleira Arias es uno de los jóvenes transexuales lucenses que reciben actualmente tratamiento hormonal en el Hula dentro del proceso de cambio de sexo. En este caso, Álex lleva ya dos años tomando testosterona, lo que le supuso, hasta el momento, cambios en su voz, que se volvió más grave, y la aparición de más vello en el cuerpo además de unas reglas muy irregulares y muy cortas, de un solo día. Pero lo mejor de este tratamiento para Álex no está en estas señales masculinas que su cuerpo le da, sino en cómo se siente psicológicamente desde que él comenzó a ser él.

"Desde los 5 años quise ser niño. Cuando comenzaron a salirme los pechos, no paraba de llorar. Toda mi infancia y mi adolescencia llevé una doble vida. Me veía diferente pero me lo guardaba para mí. Tenía claro que había nacido en un cuerpo equivocado, pero ocultaba lo que me pasaba por miedo al rechazo. Por un tiempo, me hice pasar por lesbiana porque a mí siempre me gustaron las mujeres y fui objeto de burlas en el instituto hasta que descubrí, a través de una pareja que me trataba como hombre, que yo me sentía realmente un hombre y no una mujer. Un día, me encontré con un amigo transexual y estuvimos hablando un largo rato. Él me dijo: ‘Tú eres ‘trans’ pero ¿por qué no lo dices?’. Y esa misma noche se lo conté a mi madre", relata Álex.

Así hizo y su vida comenzó a cambiar. Encontró en la familia todo el apoyo que necesitaba y, según se definía a sí mismo en público, así la sociedad le fue abriendo paso a la par que asumía su identidad sexual. "Mi madre me dijo que desde hace años estaba esperando que le dijese algo así. La familia y la gente que te rodea se acaba dando cuenta. El problema es la aceptación social. Lo entienden mejor los niños de 6 años que los adultos y que muchos jóvenes de 18, pero es muy importante decir quién eres y no vivir en una mentira que yo fui creando a lo largo de mi infancia y adolescencia. Hay que decirlo y no taparlo. Es la única manera de empezar a ser nosotros mismos", apunta.

OPERACIÓN. Álex tomó ahora las riendas de su vida. No se avergüenza de ser lo que naturalmente es y de definirse ante la gente con la palabra transexual. Por eso, está muy convencido con el proceso de cambio de sexo que está viviendo y que comenzó hace ya un par de años. Ahora está a la espera de hacerse la mastectomía. "Se me hace eterna esa espera. Estoy deseando hacer ya la mastectomía. No tengo ningún miedo a la operación y, para mí, es algo muy importante. El mes que viene tengo cita con el cirujano para abordar este tema y quizás sea el primer transexual que se someta a una mastectomía en Lugo", explica.

Álex tiene claro que nunca se arrepentirá de extirparse los dos pechos. Tampoco piensa congelar sus óvulos para tener un hijo propio en un futuro. De llegados a este punto, optaría por la adopción. Lo que también tiene claro es que no piensa operar, de momento, sus genitales. Principalmente, porque esa operación es peligrosa, cara y no da resultado. Este joven inició el proceso de cambio de sexo por su médico de cabecera, que lo derivó a un psicólogo, paso previo antes de comenzar el tratamiento hormonal.

"Al psicólogo fui media docena de veces. Me hizo muchas preguntas: cómo actuaba en el colegio, en qué me fijaba, cómo me sentía en un grupo de gente, cómo era la comunicación con los demás... Las consultas se realizaron en un plazo de tres semanas. Al final, emitió el informe que esperaba: que necesitaba un cambio de sexo. Sin ese informe, no me podría ver un endocrino", cuenta.

Álex reconoce que tuvo suerte con el psicólogo que lo trató y lo entendió a la perfección. En otros casos, no es así. "Hay gente que lleva dos años yendo a psicólogos para que le hagan el informe y no lo consiguen. Les dicen, por ejemplo, que están viviendo una etapa con doble personalidad y lo pasan mal porque no pueden acceder al tratamiento hormonal", apunta.

TRABAJO. Álex está ahora en el paro, pero se formó como chapista. Fue mozo de almacén en una empresa y no tuvo problema. Sin embargo, hay una barrera que siempre tiene que saltar cuando sale en busca del trabajo. Esa es la de su identidad legal, la que aparece en el carné. "Quiero cambiarme el nombre en el Registro Civil y también hacer ese mismo trámite en el DNI, donde figure que soy varón. A la gente le choca, cuando voy a buscar un trabajo, ver un nombre de mujer en mi documentación y, en algunos casos, percibí algo de rechazo, lo cual me parece injusto, por otra parte. Por eso es muy importante para nosotros defender nuestra propia identidad, también a nivel legal", señala Álex.

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