Frankenstein estudia en Lugo

El IES Lucus Augusti denuncia el pésimo estado de sus instalaciones y reclama inversión por parte de la Xunta para una reforma integral
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photo_camera Daños en una de las paredes del IES Lucus Augusti. SEBAS SENANDE

Lugo podría presumir de contar con el instituto decano de Galicia, el IES Lucus Augusti, si no fuera porque en este momento se encuentra en una situación más adecuada para avergonzase que para presumir. Su director, Carlos Cazón Rivas, lo define como "instituto Frankenstein", debido a que sus instalaciones muestran unas tripas de cableado, fontanería o albañilería hechas a retales y superpuestas, formadas a trozos. La razón es que el Lucus Augusti, el instituto más antiguo de la comunidad autónoma, creado en 1842, "no ha tenido una reforma integral desde que se cambió a este edificio, en 1951", explica Cazón.

Ese es el motivo por el que el centro ha realizado un informe explicativo y fotográfico que recoge el cúmulo de deficiencias existente para enviarlo a la Consellería de Educación, a su jefatura en Lugo y al delegado de la Xunta en la ciudad. Se mandó hace un par de meses, "y todavía no hemos tenido ninguna respuesta, lo que nos alarma". El director no comprende cómo teniendo la Xunta una línea de financiación específica para invertir en institutos históricos no ha destinado un euro para el más antiguo de todos ellos.

undefinedEl problema es de acumulación de daños y de instalaciones que a lo largo de todas estas décadas el instituto ha tenido que ir solucionando con parches, "pero las deficiencias se van acumulando y nosotros", afirma Carlos Cazón, "no podemos hacer frente a una intervención global de este tamaño", ya que el director la calcula por encima de medio millón de euros. Además, la importancia de las obras que requiere implica que llevarán tiempo, por lo que el equipo directivo plantea que se hagan en verano. Es precisamente porque el tiempo se echa encima por lo que ven con mucha intranquilidad la ausencia de respuesta de las autoridades de la Xunta.

Las imágenes que acompañan el informe que han presentado componen un panorama bastante preocupante, con deficiencias que en muchos casos tienen que ver ya directamente con la seguridad de los estudiantes y el profesorado. Las humedades recorren buena parte de las paredes y en algunas zonas producen desconchados que caen sobre las personas que pasan –"vamos a tener que entrar con casco», lamenta el director del centro–, las escaleras están tan desgastadas por el uso que suponen un riesgo, los cables de red y eléctricos se entrecruzan por el suelo y las paredes protegidos apenas por unas frágiles canaletas que en muchas ocasiones discurren junto a cañerías de agua o de calefacción, las puertas de la fachada principal se abren hacia el lado que no deberían y hay tantas baldosas desprendidas en aulas y laboratorios que algunas parecen a medio construir. A los baños solo les falta un yonqui de los años ochenta con una jeringuilla para producir más intranquilidad. La instalación de fontanería es una constante fuente de averías, hay casi más persianas mal que bien y casi toda la madera, y hay mucha, presenta mal aspecto.

CONSELLERÍA. Este diario se puso en contacto con la Xunta para conocer sus planes sobre el Lucus Augusti y sobre el informe enviado por el centro. "En estos momentos", fue la respuesta, "la Consellería de Educación está ultimando la planificación del plan de actuaciones (obras, reformas, rehabilitaciones integrales...) que arrancará este mismo año y que está siendo elaborado atendiendo a criterios técnicos de acuerdo con las prioridades y necesidades de los centros. Por lo tanto, las actuaciones concretas para Galicia en general y para Lugo en particular se darán a conocer una vez que el plan esté totalmente cerrado y perfilado". No parece probable que Frankenstein apruebe todo en junio.

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