Intervienen por orden judicial un foco de infección en A Residencia

En varios edificios, los vecinos llevaban tiempo sin poder abrir las ventanas por los mosquitos y los olores
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photo_camera Dispositivo municipal, el lunes, en el bajo de Trapero Pardo. EP

Una orden judicial permitió al Concello entrar el lunes en un bajo de la calle Trapero Pardo que se había convertido en un foco de infección, origen de plagas y del que salían olores pestilentes que impedían abrir las ventanas a los vecinos de varios edificios de esa calle de A Residencia.

Los bomberos tuvieron que utilizar mascarillas para entrar en el local y un olor nauseabundo se adueñó de la calle en cuanto se abrieron las puertas del local, cerrado desde que hace alrededor de diez años entró en concurso de acreedores la empresa cárnica que lo ocupaba en su día.

Los bomberos tuvieron que usar mascarillas y creen que la grasa pudo atascar los sumideros y generar el grave problema

Los problemas empezaron hace mucho tiempo, contaba ayer una vecina, que relataba que los malos olores impedían abrir las ventanas en cinco o seis edificios de la calle. «Había muchísimos mosquitos y las picaduras eran un problema», contaba esa afectada.

Aunque la situación generaba quejas desde hace mucho, el engranaje para buscar una solución no se puso en marcha hasta el verano pasado, cuando el problema llegó al concejal de urbanismo, Miguel Couto. Sin embargo, como la propiedad no estaba clara, debido al concurso de acreedores de la empresa que ocupó el bajo en su día, el Ayuntamiento tuvo que recurrir al juzgado para conseguir permiso para entrar en el local. La autorización judicial llegó estos días y el equipo de bomberos y policías que acudió a inspeccionar el bajo, acompañados del propio Miguel Couto, se encontraron con una imagen dantesca, según relataba esta vecina, presente durante el proceso de inspección.

"Los bomberos decían que la grasa pudo atascar los sumideros, de modo que había una acumulación de aguas sucias que eran el origen del mal olor y de las plagas de mosquitos", comentaba la vecina, que explicaba que los vecinos llevaban mucho tiempo protestando, aunque nadie había dado el paso definitivo para arreglar la situación, por lo que mostraba su respeto por Couto.

Una vez abierto el bajo, algo que finalmente hicieron los propietarios, la imagen del local espantó a los presentes, que indicaban que dentro había filtraciones y que el techo, en el que parecía haber habido desprendimientos, estaba completamente enmohecido.

El problema está ahora en vías de solución, ya que los propietarios del bajo se han comprometido a limpiar el local, con lo que los vecinos confían en dejar atrás la pesadilla que han vivido.

"Estamos aliviados", decía  una de las vecinas afectadas, que contaba que el Concello ya ordenó hace unos meses también una operación de desratización, para acabar con otra de las plagas que propiciaba la situación de insalubridad de ese bajo.

La situación llegó a ser tan grave que ni siquiera era posible pasar por delante de ese local, explicaba la vecina, que detallaba que había que cambiar de acera por las aguas pestilentes y los malos olores que salían del recinto.

Es la segunda vez que se recurre al juzgado para entrar en una propiedad desde que Couto llegó a Urbanismo y se seguirá haciendo cuando sea preciso, advirtió ayer el edil de urbanismo.

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