"El fin de semana parece el Bronx", dicen los vecinos de la calle Tui

Los residentes se quejan de repetidos ruidos y altercados a las puertas de un bar de copas

Desperfectos causados en un portal. A.C.
photo_camera Desperfectos causados en un portal. A.C.

Fin de semana sí y fin de semana casi también las patrullas de la Policía Nacional suelen acudir a la Rúa Tui, en las inmediaciones del Camiño Real, debido a los altercados que se suelen producir a las puertas de un local de ocio nocturno.

Una vecina, harta de los sobresaltos que sufre por esos incidentes que tienen lugar a primera hora de la mañana, tras una noche de copas, asegura que esta zona "parece el Bronx" los fines de semana.

Los vecinos de esta zona suelen desayunar alguno de esos días de esparcimiento con un agitado ambiente de fondo, a base de gritos, música a todo volumen en vehículos y golpes en el mobiliario urbano o en las puertas de los garajes, amén de peleas.

Esta es una situación de la que se vienen quejando los residentes en la zona desde hace años, sin que hasta el momento se haya puesto remedio a este problema recurrente.

Una de las recientes víctimas de esos comportamientos incívicos fue el portal de un inmueble que está próximo al local de ocio nocturno.

Dos chicas que salieron de ese after hour, que se encontraban aparentemente bajo los efectos de bebidas alcohólicas, la emprendieron a golpes con la puerta del edificio, como si pretendiesen entrar en él, según explicaron testigos presenciales. Tras varias acometidas violentas, acabaron por romper una de las hojas de cristal, que luce ahora temporalmente un parche.

ENCERRADO EN UN MALETERO. El pasado viernes se vivió una situación rocambolesca en la Rúa Tui. Poco antes de las diez de la mañana la calle se llenó de coches patrulla de la Policía Nacional. Los vecinos creían que se trataba de una nueva intervención por algún desorden público. Pero esta vez no fue así.

Un repartidor dio la voz de alarma porque oyó los gritos de una persona que pedía auxilio. Cuando los agentes se personaron en el lugar, comprobaron que quien reclamaba ayuda no era alguien que estuviese retenido contra su voluntad o al que estuviesen agrediendo. La supuesta víctima era un joven que se había quedado encerrado en el maletero de un turismo.

Él se encontraba de copas por la zona junto a su hermano. En ese ambiente distendido decidió esconderse en el maletero del vehículo de su familiar. Este cerró el coche sin darse cuenta de la ausencia de su consanguíneo y continuó de juerga. Lo que en principio iba a ser una broma se volvió contra él.

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