La gala de entrega de los premios Lucenses del Año reunió en el Gran Hotel Lugo a un centenar de invitados. Sin embargo, comprobando la lista de presentes y de premiados sería bastante complicado encontrar a un solo lucense que no se sintiera de algún modo representado.
Voluntariamente alejados de la oficialidad para tratar de garantizar la máxima justicia en su elección (los organiza El Progreso en colaboración con Caixa Rural Galega, Ovisa, Alcor Seguridad y Eurostars), el grueso de los invitados formaban parte de la sociedad civil, desde representantes vecinales o de la gran mayoría de las organizaciones gremiales a personalidades de lacultura o la educación.También políticos, unos cuantos, pero casi más como miembros de entidades con representatividad social que como gerifaltes.
De hecho, así lo entendieron no solo ellos, sino todos lo asistentes, que se mezclaron, conversaron y rieron ajenos a cualquier disputa, conscientes de que todos y cada uno de ellos estaban allí en la misma calidad: la de lucense.
Lucense, además, no en el sentido reduccionista con que a veces se emplea en la capital sino en el pleno que usa en toda la provincia. El planteamiento de los Lucenses del Año como algo común y para toda la provincia está, de hecho, en la misma base de los premios. Este viernes desfilaron por el estrado hijos de Chantada, Castroverde, Rábade, Sarria o Burela, entre otros lugares. Como detalle, baste señalar que las mesas de la gala estaban identificadas con nombres de municipios de Lugo, los 15 de mayor población.
Pero no solo estuvo Lugo en los lugares, sino que estuvieron todos los lucenses, señalados por los intervinientes como lo mejor de la provincia. En la gala, introducida por Paco Rivera y conducida por la periodista de este diario Sabela Corbelle, fueron galardonados investigadores universitarios, escritores, cineastas, empresarias del rural, trabajadores sociales, activistas culturales, periodistas, cineastas o divulgadores sanitarios, una panoplia de profesionales de éxito con una característica común: un trabajo que se enfoca hacia la propia sociedad y la mejora.
Por fortuna, todos ellos comparten además otro punto: el orgullo de ser lucenses y su voluntad de hacer mejor a su provincia.
